miércoles, 4 de octubre de 2023

DÍA 3. NOVENA A LA VIRGEN DEL PILAR POR ESPAÑA Y LOS PUEBLOS HERMANOS DE AMÉRICA

 


DÍA TERCERO

La Santísima Virgen nos dejó como un don precioso su sagrada imagen que es nuestro amparo y consuelo en toda tribulación

 

NOVENA A LA VIRGEN DEL PILAR

POR ESPAÑA Y LOS PUEBLOS HERMANOS

DE AMÉRICA

 

Por la señal…

 

INVOCACIONES

PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:

 

1.-En alabanza de la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, recemos el Avemaría pidiendo por la conversión de España y todos los pueblos y naciones que forman la Hispanidad, por sus gobernantes, legisladores y jueces, para que libres de las ideologías, defiendan los Derechos de Dios en nuestra Patria, como mejor garantía de los verdaderos derechos del hombre. Dios te salve María…

 

2.-En alabanza del mandato de la Virgen al Apóstol Santiago de construir este primer templo dedicado a ella a las orillas del Ebro, recemos el Avemaría pidiendo que en España, en los pueblos hermanos de América y en el mundo entero se ponga fin al terrible crimen del aborto y la eutanasia, y se defienda la vida desde su concepción hasta el fin natural de la misma y las leyes protejan a la familia. Dios te salve María…

 

3.-En alabanza del precioso don de su Sagrada Imagen que es nuestro amparo y consuelo en toda tribulación, recemos el Avemaría  pidiendo por la unidad y la paz de España así como la concordia entre todas las naciones que forman la Hispanidad, propia de los que profesan la misma fe católica, y especialmente pidamos por los jóvenes y los niños para que libres de prejuicios amen a su Patria. Dios te salve María…

 

4.-En alabanza del santo Pilar, Columna Angélica, símbolo de la fortaleza y estabilidad de la fe católica que la Virgen dejó en Zaragoza, hasta el fin del mundo, recemos el Avemaría pidiendo una renovación en la vida cristiana de los españoles y de todos los pueblos hermanos de América, con mayores deseos de santidad y de agradar a Dios, y con ello se ponga fin a la crisis moral, social, económica de nuestras naciones; donde todos sus ciudadanos puedan tener trabajo, sustento y vivienda digna. Dios te salve María…

 

5.-En alabanza y acción de gracias por todos los beneficios que la Virgen nos ha dispensado desde su altar de Zaragoza, recemos el Avemaría pidiendo por la renovación y santidad del clero español y de los países hermanos de América, por los obispos, sacerdotes, consagrados, para que, fieles a la Tradición de la Iglesia, conserven, testimonien y defiendan el legado espiritual e histórico de nuestra Patria. Dios te salve María…

 

[Se lee lo propio de cada día, con la oración final propia. Los textos de cada día corresponden a la Novena compuesta por el Padre Eustaquio Tresené, e impresa en Zaragoza en el año 1866.]

 

DÍA TERCERO

La Santísima Virgen nos dejó como un don precioso su sagrada imagen que es nuestro amparo y consuelo en toda tribulación

Grande y digno de toda nuestra gratitud es el beneficio que nos dispensó la soberana Reina de los Ángeles con su venida a Zaragoza, pero también es digno de todo nuestro aprecio, el monumento eterno, la memoria perenne de habernos dejado su sagrada Imagen como un don precioso del Cielo. ¡Oh! ¿Cómo hemos de olvidar beneficios tan singulares, si tenemos siempre a nuestra consideración un recuerdo perpetuo de las finezas de su maternal amor para con nosotros? Acudimos a los pies de tan gran Señora. ¿Pero con qué confianza? Acudimos a derramar toda la efusión de nuestro corazón, en todas nuestras angustias y tribulaciones. Y apenas llegamos a su soberana presencia, ¡oh qué consuelo experimenta luego nuestro afligido espíritu! ¡Oh, cómo se desahoga nuestro corazón en tiernos suspiros! ¡Oh qué ternura, qué dulce consuelo sentimos, cuándo nos postramos en su cámara Angelical! Nuestra alma se enajena de gozo al considerar que en este propiciatorio quedó nuestra benigna Ester, con la vara de oro del celestial Asuero en sus manos, para alcanzarnos favores y gracias. En esta casa de Ángeles, a los pies del trono de la Reina celestial, es donde se han enjugado las lágrimas de tantos afligidos, donde se han templado los gemidos de tantos desconsolados, y donde se han acallado los clamores de tantos desesperados. Todo esto publica a cada paso la gratitud de los españoles más piadosos, y de cuantos verdaderos adoradores acuden a admirar de cerca esta gloriosa Jerusalén, quienes ven cumplido en este santo Templo, de María del Pilar, lo que pedía Salomón al Señor en la dedicación de su santo Templo, cuando decía: "si el extraño y el que no es de tu pueblo, viniere de lejos atraído de la fama de tu grande nombre, y te adorare en este lugar, tú le oirás desde tu firmísima habitación, y cumplirás todas las cosas, por las que el peregrino te invocare, para que todos reconozcan y respeten su sagrado nombre, como lo hace tu querido pueblo."

 

Pídase la gracia que se desea alcanzar por intercesión de la Virgen.

 

Oración final. ¡Oh Madre amorosa! Yo, aunque hijo ingrato, pero defensor de vuestras glorias, publicaré a voz en grito, por todo el universo, que cuantos os han invocado en sus necesidades y peligros, han experimentado los auxilios y consuelos que generosamente derramáis sobre los que os imploran con fervor. ¡Pero cuánto más nosotros que somos vuestros favorecidos, y que tantas pruebas tenemos de vuestra bondad y compasión! Cuántas veces hemos exclamado ¡oh, Madre de Dios del Pilar, sed nuestro amparo y consuelo en nuestra tribulación!, otras tantas nos habéis consolado. Continuad, Madre compasiva, en favorecernos, y principalmente calmad nuestros temores en la hora de nuestra muerte. ¡Oh cómo nos angustia la memoria de aquel momento terrible! Consoladora de los afligidos, asistidnos en aquella hora de turbación, y disipad todos nuestros temores. Proteged a vuestros hijos y devotos. Recibidnos en vuestros brazos, y muramos en ellos, para resucitar felizmente a la vida eterna. Concededme también la gracia particular que os pido en esta Novena, si me conviene para el mayor bien de mi alma. Criaturas todas de la tierra, saludad a María como gran Señora del universo. Amén.

 

***

"Bendita y alabada sea la hora

en que María Santísima vino en carne mortal

a Zaragoza."

¡Virgen del Pilar, Inmaculada, Reina de España,

acelerad el Reinado del Corazón de vuestro Hijo! Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.