lunes, 2 de octubre de 2023

DÍA 3. LA VISITACIÓN. ENTRÓ EN CASA DE ZACARÍAS

DÍA 3. LA VISITACIÓN. ENTRÓ EN CASA DE ZACARÍAS

 

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

 

wPara comenzar todos los días

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Bendita sea la Santísima Trinidad que formó a María Santísima Inmaculada desde el primer instante de su ser, conservándola pura antes del parto, en el parto y después del parto, y enriqueciéndola con todas las gracias y dones de su divino Espíritu, por todos los siglos de los siglos. Amén. 

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. (x 3)

 

ORACIÓNA MARÍA SANTÍSIMA

Soberana Reina de los cielos, Abogada de los pecadores y consuelo de todos los afligidos, que quisiste inspirar al gran Patriarca Santo Domingo de Guzmán, tu fiel siervo, la devoción del Santísimo Rosario, para que con ella pudiera vencer a los obstinados herejes albigenses, enemigos implacables de nuestra Religión y de nuestra fe, proveyendo al mismo tiempo en ella un medio sencillo y eficacísimo para conseguir vuestra protección y atraer sobre nuestra alma las gracias del cielo; alcánzanos de tu divino Hijo, nuestro adorable Redentor, que hagamos este santo ejercicio del mes de Octubre a Ti consagrado, con la mayor piedad, atención y recogimiento, para que por este medio consigamos ser, durante toda nuestra vida, incansables devotos de tu Santísimo Rosario. Tú, ¡oh, Virgen María, cuyas gracias y misericordias para con los que te invocan, no se agotan jamás, haz que en estos días participemos de ellas con mayor abundancia, a fin de que, considerando en esta vida tus virtudes y procurando al mismo tiempo imitarlas, podamos algún día cantar tus alabanzas en la gloria por toda la eternidad. Amén. 

 

DÍA TERCERO

ENTRÓ EN CASA DE ZACARÍAS

Y SALUDÓ A ISABEL. (Lc 1, 40)

 

PUNTO 1º- Después de la encarnación del Verbo Divino en las purísimas entrañas de María, ésta siguió haciendo la vida ordinaria, que antes había hecho; si bien más encendida y abrasada en el amor divino. A nadie da cuenta de este inefable misterio, ni aun siquiera a su castísimo esposo San José. Por esta causa, sabiendo que su prima Isabel había concebido al Bautista, corre a saludarla, con la misma sencillez que caracterizaba antes todos sus actos. Tú, alma mía, cuando te ves elevada a alguna dignidad que te coloca sobre las personas, que antes eran tus iguales, esperas que ellas vengan a felicitarte y a darte el parabién. Y hasta te muestras ofendida, si no cumplen con estos deberes de cortesía, despreciando a los que han obrado de otra manera y tal vez vengándote de ellos. ¿No es esto una falta de caridad con el prójimo y acaso una manifiesta injusticia? ¿Sabes tú las causas que les han impedido hacerlo y los motivos que han tenido para obrar así? Mas, aunque no hayan tenido ninguno, tú debes considerarte la más indigna de todas las criaturas y, por tanto, acreedora á que todos te desprecien. Bien harías, pues, si olvidando todo esto, procurarás cumplir bien con tu obligación practicando con todos la más ingenua caridad. 

 

PUNTO 2º- María Santísima, sin detenerse ante las dificultades de aquel penoso viaje, atraviesa las montañas de Galilea en dirección a la casa de su prima Santa Isabel. ¿Quién no admirará el sacrificio de esta joven doncella, caminando llena de fatiga y de cansancio y acaso sin recursos de ninguna clase por aquellos tan escabrosos caminos? Mas el amor divino que inflamaba su alma le hacía no cuidarse de ninguna de estas cosas. Pensaba sólo en que Jesús iba encerrado en sus entrañas purísimas, elevándose de esta manera a la más alta contemplación. Tú, alma mía, no tienes este amor a Dios, y por eso te parecen grandes e insoportables todos los sacrificios a que te arriesgas por Él, o que Él te impone por disposición sabia de su divina Providencia. ¿Para qué has de mirar tanto a la tierra y tan poco al cielo? ¿No ves que tu eterna felicidad no está en este mundo, sino en el otro? No te detengas, pues, ante las dificultades, cuando comprendas que lo que tienes que hacer es del agrado de Dios o tal vez impuesto por su divina voluntad. 

 

PUNTO 3º- María Santísima llega, por fin, a casa de Isabel. Mas ni aun a ésta descubre los grandes misterios que en ella se habían realizado. Isabel los sabe por revelación divina, pues no quería Dios tener oculto al mundo tan grande misterio. Entonces María, a pesar de su grande humildad, se ve ensalzada por su prima, que dice estas palabras: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y de dónde a mí tanta dicha, que la madre de mi Señor venga a mí? He aquí que desde que tu voz sonó en mis oídos, dio saltos de gozo el niño en mi vientre. Mira, pues, alma mía, como el Señor se encarga de descubrir las gracias con que favorece a los suyos, cuando esto redunda en gloria suya. No busques, pues, jamás pretextos para publicar tus virtudes o tus buenas obras, porque generalmente esto no se hace sin pecado. Desecha con valentía las aparentes razones, que tu vanidad o tu amor propio te presentan para alabarte a ti mismo y de esa manera no caerás en desprecio, ni ante Dios, ni ante los hombres. 

 

ORACIÓN

A JESÚS LLEVADO EN LAS ENTRAÑAS PURÍSIMAS DE MARÍA A CASA DE ISABEL

¡Dios eterno y bien infinito de las almas, que, apenas concebido en cuanto hombre, te muestras tan celoso de su bien espiritual, que quieres ser llevado en las entrañas de tu madre purísima a casa de Isabel para llenarla de gracias y dar muestras del inmenso amor que te abrasa! Yo quisiera en este momento hallarme en tales disposiciones, que no hubiera sacrificio, por grande que fuera, que no aceptara gustoso a fin de mostraros mi agradecimiento ante tanta fineza. Mas no teniendo la decisión suficiente para ello, te ruego que me concedas una voluntad tan firme, que nunca deje de practicar lo que Tú me ordenes, por arduo que sea. Y de esta manera, por la intercesión de tu Madre santísima, que te conduce en su virginal seno a casa de Isabel, logre cumplir en este mundo los destinos de tu Providencia y luego en el otro alabarte por toda la eternidad. Amén. 

 

Obsequio a María: Mostrarse sumamente diligente en el cumplimiento de todas las obligaciones. 

 

w Oraciones para terminar cada día:

 

La Virgen María prometió a Santa Matilde y a otras almas piadosas que quien rezara diariamente tres avemarías, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte. Confiados en tal promesa, invoquemos a la Madre de Dios diciendo:

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (x 3)

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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¡Querido hermano, no dejes de honrar en este día a la Santísima Virgen con el rezo del santo Rosario! Si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.

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