miércoles, 10 de agosto de 2016

ROSARIO EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA




Monición inicial: En este año de la misericordia, el Papa Francisco nos ha invitado a redescubrir las obras de misericordia como seña de identidad de nuestra fe en Jesús. “La predicación de Jesús –y toda su vida- nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos.”
Al meditar los misterios del nacimiento, vida, pasión y gloria del Señor de la mano de la Virgen María, pidamos la gracia de imitar a Aquel que es Rostro de la misericordia del Padre.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
Las mujeres iban al sepulcro a cumplir con los ritos establecidos. “Enterrar a los difuntos”, celebrar sus exequias debidamente, visitar y cuidar el lugar donde reposan sus restos es una obra piadosa y una manifestación de nuestra fe en la Resurrección de la carne.
2.- La Ascensión del Señor
Jesús sube al Padre, pero promete su presencia en medio de sus discípulos. El drama de nuestra sociedad es “la soledad” donde a pesar de que hay mucho ruido y entretenimientos, la gente se siente sola y abandonada, como si no le importasen a nadie. Como cristianos hemos de transmitir la presencia de Dios en la vida de cada hombre, no solo con palabras, sino con nuestra propia cercanía.
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá” dice Jesús a sus discípulos. El cristiano es hombre de oración y de intercesión. Hay  que “rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.” 
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
La Virgen asunta al cielo es primicia del destino al que todos estamos llamados. Dios no quiere salvar solamente nuestra alma, sino también nuestra carne. Las obras de misericordia responden a esta intención divina: obras de misericordia espirituales, obras de misericordia materiales. Todas son importantes, todas son necesarias.
5.- La Coronación de la Virgen como Reina y Señora de todo lo creado.
San Bernardo escribe: "María se ha hecho toda para todos y a todos abre el seno de su misericordia a fin de que todos reciban la gracia que necesitan: el esclavo, el rescate; el enfermo, la salud; el afligido, el consuelo; y el pecador, el perdón". Imitemos a María, Madre de misericordia. Acudamos a ella para alcanzar misericordia.