TESTIMONIO TERCERO DE SAN JUAN, CON FRUTO DE LOS DISCÍPULOS.
JUEVES DE LA CUARTA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
JUEVES DE LA CUARTA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
TESTIMONIO TERCERO DE SAN JUAN, CON FRUTO DE LOS DISCÍPULOS.
1.- Otro día estaba otra vez Juan y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús, que por allí andaba dijo: Mirad al Cordero de Dios. Y le oyeron los dos discípulos decir esto y siguieron a Jesús (1). De propósito se deja Cristo ver, para que Juan tenga ocasión de hablar de Él, y los discípulos de seguirle. Así nos previene la gracia. Pero ¡Cuántas veces no la damos oídos! San Juan se vale de la ocasión. Así tú ninguna pierdas del bien. Muchos estaban con san Juan; sólo dos se mueven a seguir a Cristo. Propio es de Dios tocar el corazón. Repara de entre cuantos millares te miró a ti Dios, Reconoce el beneficio de la vocación * al catolicismo, a la Religión, al estado que tienes. Dale gracias. Teme si no correspondes a ella.
2.- Volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, dice: ¿Que buscáis? Los cuales respondieron: Maestro ¿a dónde habitas? Díceles: Venid, y vedlo (2). Entiende aquí 1º, la gracia del mirar de Cristo. Sin ésta; ¿a dónde estarías? A ti te pregunta Jesús: ¿Qué buscas? Para convidarte a que le busques a Él. Más tú buscas lo que es mundo, a ti mismo, tus comodidades. 2º. Los Discípulos llamando a Jesús maestro, muestran el deseo que tienen de aprender de Él. Tú ¿qué maestro tienes? Al mundo, a tus malos afectos. Pasa, pasa a la escuela de Cristo. Vive de tal suerte que merezcas oír de su boca que en la muerte te convida: Ven, y veme a Mí eternamente.
3.- Vinieron y vieron donde posaba, y se quedaron con Él aquel día (3). Mira como luego al punto obedecen siguiendo al Señor que los convida. ¿Qué verían allí sino incomodidades y pobreza? No busques a Jesús en la abundancia de las conveniencias. Considera la suave conversación de aquella noche, la atención y gusto de los discípulos. Confúndete de que fácilmente tomas tedio de las cosas divinas; que aún el espacio de una escasa hora de tratar con Dios te es molesto. Aunque no debas buscar el justo sensible, tendrás el sólido si con Jesús permaneces. EI que se sacia presto, trata tibiamente con Dios.
(1) Ibid. (2) Joan., 1. (3) Ibid.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.