24 de junio
NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
57-58 Mas a Isabel se le cumplió el tiempo de parir, y parió un
hijo. Y oyeron sus vecinos y parientes que el Señor engrandeció su misericordia
con ella, y se congratulaban. (vv. 57-58)
San Ambrosio
Si observas con diligencia, notarás que la palabra plenitud
nunca se emplea sino en la generación de los justos. Por eso se dice aquí:
"El tiempo de Isabel se ha cumplido". La vida del justo tiene, pues,
la plenitud. Mas los días de los impíos son vanos.
San Juan Crisóstomo
El Señor quiso retardar el parto de Isabel para que
aumentase la alegría y aquella mujer se hiciese más célebre. Por lo cual sigue:
"Y oyeron sus vecinos". Los que habían conocido su esterilidad fueron
testigos de la gracia divina. Ninguno se marchaba en silencio después de haber
visto al infante, sino que alababan a Dios porque lo había concedido de un modo
inesperado.
San Ambrosio
El nacimiento de los santos produce la alegría de muchos, porque es un bien general. La justicia es una virtud común; por esto, en el nacimiento de un justo procede algún signo de lo que será su vida y se designa la gracia de la virtud que ha de seguir (figurada en la alegría de los vecinos).
59-64 Y aconteció que al octavo día vinieron a circuncidar al niño,
y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías. Y respondiendo su madre
dijo: "De ningún modo, sino Juan será llamado". Y le dijeron:
"Nadie hay en tu linaje que se llame con este nombre". Y preguntaban
por señas al padre del niño cómo quería que se le llamase. Y pidiendo una
tableta, escribió diciendo: "Juan es su nombre". Y se maravillaron
todos. Y luego fue abierta su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios.
(vv. 59-64)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Gen., 39
La ley de la circuncisión se dictó primeramente a
Abraham, en señal de distinción, para que la descendencia del patriarca se
conservase limpia y así pudiese obtener los beneficios prometidos. Pero cuando
se consuma lo convenido en un pacto, se quita la señal que se había puesto. Así
pues, por Jesucristo, cesando la circuncisión, sucedió el bautismo; mas antes
convenía circuncidar a Juan. Por esto se dice: "Y aconteció que al octavo
día vinieron". Había dicho el Señor ( Gén 17,12): El niño de ocho días
será circuncidado entre vosotros. Me parece que esta medida de tiempo fue establecida
por la divina clemencia por dos razones. Primeramente para que en edad tan
tierna se sufra mejor el dolor del corte de la carne; en segundo lugar para que
aprendamos de estas operaciones que esto se hacía para señal, pues un tierno
niño no puede discernir lo que se hace con él. Después de la circuncisión se
imponía un nombre. De donde prosigue: "Y llamaban,...". Esto se hacía
así porque primero se debe tomar el signo de Dios y después el nombre humano. O
porque ninguno, si primeramente no renuncia a las cosas de la carne -que es lo
que significa la circuncisión-, es digno de que se inscriba su nombre en el
libro de la vida.
San Ambrosio
El Santo Evangelista hizo bien al prenotar que muchos
creyeron que el niño debía llamarse Zacarías, como su padre; a fin de que se
observe que no desagradó a la madre el nombre de alguno de la familia, sino que
el Espíritu Santo le inspiró aquél que el Angel había anunciado ya a Zacarías.
Y ciertamente que él no pudo declarar a su mujer el nombre del hijo, sino que
Isabel aprendió por inspiración lo que no había aprendido del marido. De donde
sigue: "Y respondiendo", etc. No os admiréis de que esta mujer cite
un nombre que no ha oído, puesto que el Espíritu Santo, que había mandado al
Angel, se lo reveló a ella. Ni podía ignorar al precursor el que había
vaticinado a Cristo. Y por esto sigue: "Y le dijeron", etc., para que
se entienda que éste no es un nombre de familia, sino de profeta. También se
pregunta a Zacarías por señas. Y prosigue: "Y preguntaban por señas al
padre del niño", etc. Pero como la incredulidad le había quitado el oído y
el habla, lo que no podía decir con la voz lo dijo con las manos y con las
letras. Prosigue: "Y pidiendo una tableta, escribió, diciendo: Juan es su
nombre", etc. Esto es, no somos nosotros quienes le ponemos el nombre,
sino que ya lo ha recibido de Dios.
Orígenes
Zacarías significa el que se acuerda de Dios 1, Juan significa el que manifiesta a
Dios 2. Además, la memoria se refiere a lo
que está ausente y la demostración se refiere a lo que está presente. Por tanto
Juan debía expresar, no la memoria de Dios como ausente, sino que debía
señalarlo con el dedo como presente, diciendo ( Jn 1,29): "He aquí el
Cordero de Dios".
San Juan Crisóstomo
Este nombre de Juan significa también gracia de Dios.
Y como Isabel había concebido ese hijo por la acción de la gracia de Dios, no
por la de la naturaleza, inscribieron en el nombre del niño el recuerdo de ese
beneficio.
Teofilacto
Y porque el padre, mudo, concordó con su mujer acerca
de este nombre del niño, sigue: "Y se maravillaron todos", etc.
Ninguno había entre todos sus parientes que llevase este nombre, para que
alguno pudiese decir que antes lo habrían pensado los dos.
San Gregorio Nacianceno, oratio 12
Una vez que hubo nacido San Juan, rompió el silencio
de Zacarías. Y por ello sigue: "Al punto se abrió su boca". Era,
pues, absurdo que cuando la voz del Verbo se dejase oír, el padre continuase
mudo.
San Ambrosio
Con razón se desató en seguida su lengua, porque
aquella a quien había atado la incredulidad, debía ser soltada por la fe.
Creamos también nosotros, para que nuestra lengua -que está ligada con los
vínculos de la incredulidad- se desate por la voz de la razón. Escribamos en el
espíritu los misterios, si queremos hablar; escribamos al Precursor de Cristo,
pero no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón. Pues el
que nombra a Juan, vaticina a Jesucristo. Sigue, pues: "Y hablaba
bendiciendo a Dios".
Beda
En sentido alegórico, la celebrada natividad de Juan
es la gracia incoada del Nuevo Testamento, a la cual los vecinos y parientes
querían más bien imponer el nombre de su padre que el de Juan. Porque los
judíos, que estaban como unidos a él por afinidad con la observancia de la ley,
querían más seguir la justicia que procedía de la ley que recibir la gracia de
la fe. Pero la madre con palabras y el padre con letras procuran pronunciar el
vocablo Juan -esto es, gracia de Dios-. Porque la misma ley, los salmos y los
profetas, predican la gracia de Jesucristo con clarísimos oráculos. Aquel
sacerdocio antiguo, con las sombras figurativas de ceremonias y sacrificios, le
da también testimonio. Con razón Zacarías habla en el octavo día después de
nacido su hijo; porque por medio de la resurrección del Señor, que se verificó
dentro del octavo día -esto es, después del día séptimo, o sea el sábado-, se
dieron a conocer los secretos del sacerdocio legal.
Notas
1. También puede decirse: Yavé se acordó de nuevo.
2. Juan: Yavé se ha compadecido.
65-66 Y vino temor sobre todos los vecinos de ellos, y se
extendieron todas estas cosas por todas las montañas de la Judea. Y todos los
que las oían las conservaban en su corazón diciendo: "¿Quién pensáis que
será este niño?" Porque la mano del Señor era con él. (vv. 65-66)
Teofilacto
Así como todo el pueblo estaba admirado del mutismo de
Zacarías, así también se admiró cuando lo oyeron hablar. Por esto se dice:
"Y vino temor sobre todos los vecinos,...", a fin de que esos dos
prodigios hiciesen pensar algo grande acerca del recién nacido. Todo esto se
disponía así, a fin de que, el que debía ser testigo de Cristo, fuese también
digno de fe. De donde sigue: "Y todos los que las oían las conservaban en
su corazón, diciendo: ¿Quién pensáis que será?".
Beda
Signos previos abren al precursor el camino de la
verdad y el futuro profeta es recomendado por oráculos que lo preceden. De
donde sigue: "Porque la mano del Señor estaba con él".
Glosa
Dios era quien hacía estos prodigios en él, los cuales
no hacía San Juan, sino la mano divina -o lo que es lo mismo, su diestra-.
Griego
En sentido místico, es el temor saludable que produjo la predicación de la gracia de Jesucristo en el tiempo de la resurrección del Señor, no solamente a los judíos -que eran vecinos, ya por el país, ya por el conocimiento de la ley- sino también a los gentiles, moviendo sus corazones. Y la fama de Jesucristo no sólo franqueó las montañas de Judea, sino también todas las cumbres del reino del mundo y de la sabiduría mundana.
67-68 Y Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo, y
profetizó diciendo: "Bendito el Señor Dios de Israel, porque visitó e hizo
la redención de su pueblo". (vv. 67-68)
San Ambrosio
Dios, bueno y fácil en perdonar los pecados, no sólo
restituye lo quitado, sino que concede además bienes inesperados. Ninguno,
pues, desconfíe. Ninguno, recordando sus antiguos delitos, desespere de los
premios de Dios. Dios sabe mudar su sentencia si tú sabes enmendar tu pecado.
Por ello se dice: "Y Zacarías fue lleno del Espíritu Santo".
San Juan Crisóstomo
Esto es, por obra del Espíritu Santo. No obtuvo la
gracia del Espíritu Santo de un modo cualquiera, sino de lleno. Resplandecía en
él el espíritu de profecía. Por ello prosigue: "Y profetizó".
Orígenes
Zacarías, lleno del Espíritu Santo, anuncia dos
profecías: una de Cristo, otra de Juan. Lo cual se demuestra claramente por
medio de sus palabras, en las que habla ya del Salvador como si estuviese
presente y como si ya viviese en el mundo, diciendo: "Bendito el Señor
Dios de Israel, porque visitó".
San Juan Crisóstomo
Bendiciendo Zacarías a Dios, anuncia que ya ha
visitado a su pueblo; ya se quiera entender a los israelitas materiales -porque
había venido a las ovejas que habían perecido de la casa de Israel- ( Mt
15,24), ya a los espirituales -esto es, a los fieles-, que fueron dignos de
esta visita, haciendo eficaz para sí mismos la provisión divina -esto es, su
providencia-.
Beda
Visitó, pues, el Señor a su pueblo, como desfallecido por una larga enfermedad; y lo redimió, como del pecado, comprándolo con la sangre de su Unigénito Hijo. Y como Zacarías conocía que pronto se iba a sacrificar, según costumbre de los profetas, lo cuenta ya como hecho. Dice, pues: "A su pueblo", no porque le halló suyo cuando vino, sino porque visitándolo lo hizo suyo.