VI DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
MARCOS 8, 01-09
Por aquellos días, habiéndose juntado otra vez un gran concurso de gentes, y no
teniendo qué comer, convocados sus discípulos, les dijo: "Me da compasión
esta multitud de gentes, porque hace ya tres días que están conmigo, y no
tienen qué comer. Y si los envío a sus casas en ayunas, desfallecerán en el
camino, pues algunos de ellos han venido de lejos". Respondiéronle sus
discípulos: "Y ¿cómo podrá nadie en esta soledad procurarles pan en
abundancia?" El les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?"
Respondieron: "Siete". Entonces mandó Jesús a la gente que se sentara
en tierra; y tomando los siete panes, dando gracias, los partió; y dábaselos a
sus discípulos para que los distribuyesen entre la gente, y se los repartieron.
Tenían además algunos pececillos: bendíjolos también, y mandó distribuírselos.
Y comieron hasta saciarse; y de las sobras recogieron siete espuertas; siendo
al pie de cuatro mil los que habían comido; en seguida Jesús los despidió. (vv.
1-9)
Teofilacto
Después del referido milagro de la multiplicación de
los panes, obra el Señor otro semejante en una nueva ocasión que se le ofrece.
"Por aquellos días, habiéndose juntado otra vez una gran cantidad de
gente", etc. Los milagros que hacía no eran siempre acerca del sustento,
para que no fuera ésta la causa de que lo siguiese la multitud; y no haría
ahora este milagro, si no la viera en peligro. "Y si los envío a sus casas
en ayunas, prosigue, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han
venido de lejos".
Beda, in Marcum, 2, 32
San Mateo explica más extensamente por qué viniendo de
lejos esperaron tres días, diciendo: "Y subiendo a un monte, sentóse en
él. Y se llegaron a El muchas gentes, trayendo consigo infinidad de enfermos, y
los pusieron a sus pies, y curólos" ( Mt 15,19-20).
Teofilacto
Los discípulos no comprendían todavía, ni los milagros
anteriores les hacían creer en su poder; por lo cual dice: "Respondiéronle
sus discípulos: Y ¿cómo podrá nadie en esta soledad procurarles pan en
abundancia?". Pero el Señor no los reprende por esto, pues quiere
enseñarnos a no airarnos contra los que no saben y los que no comprenden, de
cuya ignorancia, más bien nos debemos compadecer. "Y El les preguntó,
continúa: ¿Cuántos panes tenéis? Respondieron: Siete".
Remigio, sobre San Mateo
No les preguntó porque ignorara cuánto tenían, sino
porque contestándole que siete, cantidad bien pequeña, hacían más notable y
famoso el milagro. Y sigue: "Entonces mandó Jesús a la gente que se
sentara en tierra". En la primera comida los manda sentar sobre la yerba,
y aquí sobre la tierra. "Y tomando, continúa, los siete panes, dando
gracias, los partió", etc. En esta acción de gracias nos dio ejemplo para
que se las demos a Dios por todos los beneficios que nos hace. Y es de notar
que el Señor no dio los panes a la multitud, sino a sus discípulos, los cuales
se los dieron a aquélla: "Y dábaselos a sus discípulos", etc. Les
manda distribuir no solamente los panes, sino también los peces, después de
haberlos bendecido. "Tenían además algunos pececillos", etc.
Beda, in Marcum, 2, 32
En este pasaje es de considerar la distinta operación de la divinidad y de la humanidad en la sola persona de nuestro Redentor, y por consiguiente el error de Eutiques, que pretendió enseñar que no había más que una operación en Cristo, y que por tanto debe ser rechazado más allá de los confines del cristianismo. ¿Quién no ve, pues, que el moverse a piedad por aquella gente revela en el Señor el afecto y compasión que le inspira la fragilidad humana? Y el milagro de dar de comer a cuatro mil personas con siete panes y algunos peces, ¿no es la obra de su divinidad?
"Y de las sobras, continúa, recogieron siete
espuertas", etc.
Teofilacto
No son las muchedumbres, que comieron hasta saciarse,
las que se llevan los restos del pan, sino los discípulos, como se ha dicho
antes; lo cual nos enseña a contentarnos con tener lo necesario, que es lo
conveniente, y a no pretender más. Se hace mención después del número de los
que comieron. "Siendo alrededor, dice, de cuatro mil los que habían
comido", etc. Aquí debemos de observar que Jesús no despidió a nadie sin
comer, porque quiere que todos se alimenten de su gracia.
Beda, in Marcum, 2, 32
En sentido figurado, entre esta comida y la de los
cinco panes y dos peces hay la diferencia de que en aquélla se figura el
Antiguo Testamento, y en ésta la verdad y la gracia del Nuevo Testamento que se
han de administrar a los fieles. La muchedumbre que espera tres días al Señor
por la cura de los enfermos, como refiere San Mateo (cap. 15), son los elegidos
en la fe de la Santísima Trinidad, que suplican por sus pecados con instancia y
perseverancia; o porque se convierten al Señor de pensamiento, palabra y obra.
Teofilacto
O bien los que esperan durante tres días son los
bautizados, puesto que el bautismo, que se llama iluminación, se completa con
tres inmersiones.
San Gregorio Magno, Moralia, 1, 9
Quiere que coman antes de que se vayan, para que no
desfallezcan en el camino; porque conviene que reciban en la predicación la
palabra de consuelo, a fin de que, privados del alimento de la verdad, no
sucumban en el continuo trabajo de esta vida.
San Ambrosio, in Lucam, 6, 73
Dios, bondadoso en extremo, exige celo, da las
fuerzas, no quiere despedirlos sin que coman antes para que no desfallezcan en
el camino. Es decir, o en el curso de la vida, o antes que lleguen al término
de ella, que es el Padre, y a entender que Cristo viene del Padre. Y, al mismo
tiempo, para que después de haber admitido que ha nacido de una Virgen, no
juzguen acaso que su poder es de hombre y no de Dios. Jesús nuestro Señor
distribuye la comida, y a ninguno se la niega; porque, siendo dispensador de
todos, a todos quiere dársela. Pero cuando parte el pan y se los da a sus
discípulos, si no extiendes tus manos para recibir tu parte, desfallecerás en
el camino y no podrás culpar por ello al que, lleno de misericordia ha repartido
el pan.
Beda, in Marcum, 2, 32
Los que vuelven a la penitencia después de las plagas
de la carne, de los robos, de las violencias y homicidios, esos vienen de lejos
al Señor; porque cuanto más ha errado uno en malas obras, tanto más se aleja de
Dios omnipotente. Los creyentes entre los gentiles vinieron de lejos a Cristo,
en tanto que los judíos, instruidos acerca de El por la ley y los profetas,
vinieron de cerca. En la comida de los cinco panes se sienta la muchedumbre
sobre la verde yerba, y en ésta sobre la tierra, porque si la ley prescribía
que se reprimiesen los deseos de la carne, por el Nuevo Testamento se nos manda
menospreciar al mundo y los bienes temporales.
Teofilacto
Los siete panes son las palabras espirituales, puesto
que el número siete es figura del Espíritu Santo, que lo perfecciona todo, como
se perfecciona o completa nuestra vida en siete días.
Pseudo-Jerónimo
O bien los siete panes son los dones del Espíritu
Santo y los restos la significación mística de sus siete formas.
Beda, in Marcum, 2, 32
El partir el pan el Señor significa la manifestación
de los misterios. Su acción de gracias el gozo que le causa la salvación del
género humano. La entrega del pan a sus discípulos para que lo repartan
significa, en fin, que ha dado a los Apóstoles los dones espirituales de la
ciencia y que por su ministerio quiere distribuir a su Iglesia el sustento de
vida.
Pseudo-Jerónimo
Los pececillos benditos son los libros del Nuevo
Testamento, puesto que después de su resurrección el Señor pide una parte del
pez asado. O bien por los peces hemos de entender a los santos, cuya fe, vida y
pasiones están contenidas en el Nuevo Testamento; estos, librados de las
turbulentas borrascas de este mundo, nos han mostrado con su ejemplo el
alimento del espíritu.
Beda, in Marcum, 2, 32
Los apóstoles se llevan lo que había sobrado después
de saciarse la multitud, porque los preceptos más elevados de la perfección,
que no puede alcanzar el pueblo, pertenecen a los que se han aventajado entre
los que sirven a Dios. Y sin embargo dice el Evangelista que se sació la
muchedumbre, porque aunque no pueda abandonar lo suyo ni cumplir lo que se dice
de las vírgenes, llega con todo a la vida eterna cumpliendo los mandamientos de
la ley de Dios.
Pseudo-Jerónimo
Los siete cestos son las siete iglesias, y las cuatro
mil personas son el año del Nuevo Testamento con cuatro estaciones. Y hay
motivo para que sean cuatro mil personas, pues por este número se enseña que su
alimento está en el pasto de los Evangelios.
Teofilacto
O bien los cuatro mil son los perfectos en las cuatro virtudes, y por esto, los más fuertes -por así decirlo-, comieron más de lo que dejaron. En este milagro quedan siete cestas de pan, y doce en el de los cinco panes, porque los cinco mil, llenos sus sentidos hasta la saciedad no pudieron comer todo y se contentaron dejando muchos restos.