miércoles, 9 de febrero de 2022

SAN CIRILO DE ALEJANDRIA, OBISPO, CONFESOR Y DOCTOR DE LA IGLESIA. 9 DE FEBRERO

9 de febrero

 San Cirilo de Alejandría, obispo, confesor y doctor de la Iglesia

 

Cirilo Alejandrino, cuyos elogios no se apoyan tan sólo en el testimonio de algunos admiradores, sino que constan en las Actas de los concilios de Éfeso y Calcedonia, nació de padres nobles; era sobrino de Teófilo, obispo de Alejandría. Siendo aún muy joven dio muy claras pruebas de excelente ingenio. Perfectamente instruido en las letras y ciencias, se dirigió a Juan, obispo de Jerusalén, a fin de perfeccionarse en la fe cristiana. Después, habiendo vuelto a Alejandría, a la muerte de Teófilo, fue elevado a su sede. En este cargo, de tal suerte encarnó el tipo del pastor de las almas de que habla el Apóstol, que mereció alcanzar justamente la reputación de prelado eminente en santidad.

Ardiendo de celo por las almas, trabajó para que el rebaño a él confiado guardara la integridad, la fe y las costumbres, defendiéndole de las envenenadas doctrinas de infieles y herejes. Procuró que fueran expulsados de la ciudad los Novacianos, y que los judíos, que habían tramado una matanza de cristianos, fueran castigados conforme a las leyes. Brilló la solicitud de Cirilo para conservar la incolumidad de la fe, contra Nestorio, obispo de Constantinopla, el cual afirmaba que Jesucristo había nacido de María Virgen siendo solamente hombre y no Dios, y que la divinidad le había sido conferida por sus méritos. Y habiendo el Santo intentado en vano que Nestorio depusiera su error, le denunció al papa San Celestino.

Por delegación del mismo papa San Celestino, presidió el concilio de Éfeso, en el cual fue del todo proscrita la herejía nestoriana, condenado Nestorio y arrojado de su sede, y establecido el dogma católico de una persona divina en Cristo y de la divina maternidad de la gloriosa Virgen María, entre los aplausos de la multitud, la cual, llevada de indecible entusiasmo, acompañó con antorchas encendidas a los obispos a sus domicilios. Por esta causa, Cirilo fue objeto de calumnias, injurias y persecuciones por parte de Nestorio y sus secuaces. Con todo, las soportó con extraordinaria paciencia, ya que, atento sólo a defender los intereses de la fe, no daba importancia alguna a todo cuanto tramaban contra él los herejes. Finalmente, habiendo trabajado en gran manera por la Iglesia de Dios, y publicado muchos escritos, ya para confundir a los gentiles y herejes, ya para exponer las Sagradas Escrituras y los dogmas de la fe católica, murió santamente en el año 444, el 32º de su episcopado. El Papa León XIII extendió a la Iglesia universal el Oficio y Misa de este defensor de la fe católica y luz de la Iglesia.

 

Oremos.

Oh Dios, que hiciste al bienaventurado Cirilo, tu Confesor y Pontífice, invicto defensor de la divina maternidad de la Santísima Virgen María: concédenos por su intercesión, que cuantos la creemos verdaderamente Madre de Dios, nos salvemos por su maternal protección. Por el mismo Señor Nuestro Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. R. Amén.