lunes, 26 de marzo de 2018

TOMA EL EJEMPLO DEL SEÑOR MIENTRAS VIVIÓ EN LA TIERRA. San Agustín


COMENTARIO AL EVANGELIO CATENA AUREA

LUNES SANTO
Forma extraordinaria del Rito Romano

Comentario de San Agustín In Ioannem tract., 50.
El sentido de este pasaje se ilumina con aquellas palabras del Apóstol: "A los unos en verdad olor de muerte para muerte; y a los otros olor de vida para vida" ( 2Cor 2,16). Finalmente, verás aquí cómo este bálsamo es para unos precioso olor que da la vida, y para otros olor corrompido que produce la muerte. Continúa diciendo: "Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el que le había de entregar: Por qué no se ha vendido este ungüento", etc.
No pereció Judas en el momento en que recibió de los judíos el dinero para entregar al Señor; ya era un ladrón. Perdido este hombre, no seguía al Señor con el corazón sino con el cuerpo. Con esto nos quiso enseñar el Señor a sufrir a los malos para que no dividamos el cuerpo de Cristo. Aquel que roba algo a la Iglesia es semejante a Judas. Si eres bueno, tolera al malo para que obtengas la recompensa de los buenos y no incurras en el castigo de los malos. Toma el ejemplo del Señor mientras vivió en la tierra. ¿Por qué tenía depositarios Aquel a quien los ángeles servían la comida, sino porque su Iglesia había de tener necesidad de depositarios? ¿Por qué admitió ladrones sino con el fin de que su Iglesia, en tanto que tuviera ladrones supiera soportarlos? Pero aquel que acostumbraba a robar el dinero de la bolsa, no vaciló en vender por dinero al Señor.
El hablaba de su presencia corporal, pues en cuanto a su majestad, a su providencia, a su gracia inefable e invisible, se cumple lo que por El se ha dicho ( Mt 28,20): "He aquí que yo estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos". O de otro modo: en la persona de Judas están representados los malos en la Iglesia, porque si eres bueno tendrás la presencia de Cristo por la fe y por el sacramento, y lo tendrás siempre. Porque cuando salgas de este mundo, irás a Aquel que dijo al ladrón ( Lc 23,43): "Hoy serás conmigo en el Paraíso". Pero si, por el contrario, vives mal, te parecerá tener presente a Cristo, porque estás bautizado con el bautismo de Cristo; te acercas al altar de Cristo, pero viviendo mal, no lo tendrás siempre. El no dijo tienes, en singular, sino tenéis, en plural, porque un solo malo representa todo el cuerpo de los malos. "Entendió, pues, un crecido número de judíos, que Jesús estaba allí; y vinieron, no solamente por causa de El, sino también por ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos". La curiosidad los trajo, no la caridad. 
Como el milagro hecho por el Señor era tan grande, se había extendido por todas partes con tanta evidencia, y se había hecho tan público, que no pudiendo ni ocultar el hecho, ni negarlo, pensaron dar muerte a Lázaro. "Y los príncipes de los sacerdotes pensaron", etc. ¡Pensamiento insensato y ciega crueldad! Como si el Señor, que pudo resucitar a un muerto, no pudiera hacer lo mismo con un asesinado. He aquí que el Señor hizo las dos cosas, pues resucitó a Lázaro muerto, y se resucitó a sí mismo que había sido muerto. 

El perfume con que María ungió los pies de Jesús fue la justicia, y por eso llevaba una libra. Este perfume era de precioso nardo líquido; pisti (en griego significa fe). ¿Quieres obrar la justicia? El justo vive de la fe ( Rom 1,17). Unge los pies de Jesús viviendo bien; sigue sus huellas; enjúgalas con tus cabellos. Si tienes algo superfluo, dalo a los pobres y habrás enjugado los pies del Señor, porque los cabellos parecen lo superfluo del cuerpo.