domingo, 18 de febrero de 2018

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA MARÍA BERNARDA SOUBIROUS



Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: En la octava de la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, se celebra a  santa María Bernarda Soubirous, a quien la Virgen se le apareció siendo ella una joven sencilla y humilde. Después de las Apariciones, se hizo religiosa, llevando una vida escondida y humilde. El papa Pío XI dijo de ella: Bernardita fue fiel a su misión, fue humilde en la gloria, fue fuerte en la prueba.
Su inocencia y confianza total en la Virgen nos invita a imitarla y decir como ella: “Ruega, Señora, por esta pobre pecador”. Ofrecemos este rosario por la conversión de los pecadores: por los cristianos, que a pesar de ser consciente del amor de Dios, seguimos pecando; por aquellos que pecan conscientemente y no quieren enmendarse, por aquellos que están enfangados en una vida de pecado y viven olvidados de Dios. 

MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“«El poco tiempo que estamos en el mundo hay que emplearlo bien».”
“Yo sólo iré al cielo si me porto como se debe.”
2.- La Ascensión del Señor
“El cielo, el cielo, bienaventurados los que están allí. Allí encontraré a mi madre del cielo en todo el esplendor de su gloria, con ella gozaré de la felicidad del mismo Jesús.”
“Hagamos todo para ganar el cielo, ofrezcamos el trabajo y nuestro sufrimiento.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Vivir sólo para Dios, para Dios en todo lugar, para Dios siempre. Buscar en todas las cosas  a Dios, en todo lugar a Dios. Los medios para ver a Dios en todo lugar son el recogimiento, la abnegación y la mortificación.”
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“"María es tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla".”
“En el cielo seremos felices, pero aquí abajo…No espere nada de esta vida.”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“¡La vi, la vi! ¡Qué hermosa era! ¡Cuánto ansío volver a verla!".”
«No, no siento la  necesidad. Hago generosamente el sacrificio de no volver a ver Lourdes. Sólo  tengo una aspiración, y es la de ver a la Virgen Santa glorificada y amada»