lunes, 26 de febrero de 2018

DE EL SOLO PUEDE VENIRNOS LA SALVACIÓN. San Agustín




COMENTARIO AL EVANGELIO CATENA AUREA

LUNES DE LA II DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Comentario de San Agustín, in Joannem, tract. 38
Como ya se ha dicho, ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. Habla en seguida a los judíos de su pasión, que no estaba sujeta a la necesidad, sino a su voluntad. Por esto sigue el evangelista: "Y en otra ocasión les dijo Jesús yo me voy", porque la muerte del Salvador no fue otra cosa que el regreso al cielo, de donde había venido y de donde había salido.
"Me buscaréis, dice el Señor, pero no con piadoso afecto, sino por odio". Y en verdad que le buscaron cuando desapareció de la vista de los hombres, tanto los que le aborrecían cuanto los que le amaban; los primeros, persiguiéndole; los segundos, deseando tenerle consigo. "Y no creáis que me buscaréis con buen fin, por esto moriréis en vuestro pecado". Esto quiere decir buscar mal a Jesucristo, morir en pecado; esto quiere decir aborrecerle, porque de El solo puede venirnos la salvación. Pronunció su sentencia de antemano, diciendo que morirían en su pecado.
Dijo el Señor esto mismo a los apóstoles en otro sitio, pero no les dijo moriréis en vuestro pecado, sino "a donde yo voy no podéis vosotros venir ahora". No les quitó la esperanza, sino que les predijo la dilación.
Oídas estas palabras, preguntaron, como suelen preguntar los hombres carnales. Prosigue: "Y decían los judíos: ¿Por ventura, se matará a sí mismo? Porque ha dicho: A donde yo voy, vosotros no podéis venir". Palabras necias. Pues qué, ¿no podían ellos ir a donde el Señor iría si se matase? Pues ellos ¿no habían de morir también? Dijo "a donde yo voy", y no adonde se va por medio de la muerte, sino adonde iría el Señor después de su muerte.
¿Qué quiere decir de arriba? Del mismo Padre, sobre el cual nada hay. Pero vosotros sois de este mundo, y yo no, ¿cómo había de ser del mundo el mismo que lo había creado?
Nuestro Señor explicó el sentido en que dijo: "Vosotros sois de este mundo". Eran pecadores, puesto que todos nacemos en pecado, y cuando vivimos añadimos nuevos pecados a aquél con el que hemos nacido. Toda la infidelidad de los judíos consistía no en tener pecado, sino en morir en sus pecados. Por esto añade el Salvador: "Por eso os dije, que moriréis en vuestros pecados". Creo que habría muchos de los que oían al Salvador que creerían en El, y que no diría para todos aquella sentencia terrible: "moriréis en vuestro pecado". Si fuera así, quitaría también la esperanza a aquéllos que creerían en El. Pero les dio esperanza añadiendo: "Porque si no creyereis que yo soy, moriréis en vuestro pecado"; luego, si creéis que yo soy, no moriréis en vuestro pecado.
Y cuando dice "si no creyereis que yo soy", aunque nada añadió, dio a entender mucho; porque también Dios dijo a Moisés: "yo soy el que soy" ( Ex 3,14). ¿Y cómo oigo, "yo soy el que soy", y "si no creyereis que yo soy", como si no existieran otros seres? Considerando que cualquier otro ser, por grande que sea su mérito, si es mudable, en realidad no es. Examinemos el cambio de las cosas, y veremos que ellas fueron, y que serán. Pero fíjate en Dios y encontrarás que es, y en El no cabe tiempo pasado. Mas para que tú existas has de traspasar el tiempo. Y eso que añadió: para que no muramos en nuestros pecados, no parece que quiere decir otra cosa que: "si no creyereis que yo soy", esto es, si no creéis que yo soy Dios. Demos gracias a Dios, que dijo si no creyereis, y no dijo si no comprendiereis. ¿Quién comprendería esto?