DÍA OCTAVO
El Corazón de María en la Presentación
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA OCTAVO
MEDITACIÓN
El Corazón de María en la Presentación
Heroico fue el Corazón de María en la presentación de su Hijo Jesús en el templo. Heroico en el sacrificio que hizo de su honra, presentándose como una mujer ordinaria y común que necesitaba purificarse como las otras madres, ella que era inmaculada y había concebido por un milagro de la virtud del Espíritu Santo; heroico en su obediencia sometiéndose a una ley que no la obligaba; heroico, sobre todo, en el sacrificio generoso que hacía de su Hijo, ofreciéndolo desde entonces a los azotes y salivas de la soldadesca, a los insultos del pretorio y a la muerte en la cruz. ¡Oh, cómo debieron resonar terriblemente en sus oídos las proféticas palabras del anciano Simeón: ¡Una espada atravesará tu corazón! Y clavada la llevó en él toda su vida con heroica fortaleza y cuando después miraba a su Hijo, cuando le tenía sentado sobre sus rodillas, cuando besaba su frente o acariciaba su hermosa cabellera, súbitamente venían a su pensamiento las palabras de Simeón, ¡las afrentas de Jerusalén y los dolores del Calvario!... ¡Qué prolongado martirio! Dios nuestro Señor, cuando concede favores extraordinarios, quiere que quien los recibe se prepare para llevar también extraordinarios trabajos y tribulaciones. Dios purifica a los suyos en el dolor como se purifica el oro en el crisol. A los que más ama, más los regala con su cruz. Las penas regalo son, no veneno.
¡Oh Corazón heroico de María! Hazme conocer estas verdades. Que te siga en la humildad, obediencia y sacrificio.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).