martes, 19 de agosto de 2025

20. CORAZÓN DE MARÍA EN PENTECOSTÉS. MES DEL INMACULADO CORAZÓN

DÍA VIGÉSIMO

Corazón de María en Pentecostés

 

MES DE AGOSTO

CONSAGRADO

AL PURÍSIMO E INMACULLADO

CORAZÓN DE MARÍA

 

 

PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.

 

Por la señal... etc.

 

Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.

 

Se lee y medita lo propio de cada día del mes.

 

 

DÍA VIGÉSIMO

MEDITACIÓN

Corazón de María en Pentecostés

Al subir Cristo a los cielos dejó encomendado a María el cuidado de la naciente Iglesia para que como divina Pastora amparase a la pequeñita grey, como nodriza amorosísima la criase a sus pechos, y como maestra sapientísima instruyese a los Apóstoles. ¡Cuántas cosas les enseñó de lo que había aprendido de su Hijo, de lo que pertenecía a su origen temporal y primeros años de su vida! En el Cenáculo los dispuso y preparó para que el Espíritu Santo descendiese sobre ellos el día de Pentecostés. ¡Oh, qué buen maestro es el Corazón de María! Cercaríanla como los pámpanos a la vid, y ella derramaría en sus almas rocío celestial y luz de vida. De buena gana se recibe lo que se dice con amor. Quien enseña mal, aunque enseñe buenas cosas, a veces daña más que aprovecha: quita eficacia a la verdad porque la propone sin virtud. El ejemplo es el maestro más eficaz y persuasivo. Muchos enseñan y no hacen; quieren a los otros muy perfectos, y ellos se están de asiento en sus imperfecciones. Rígidos censores de vidas ajenas, son anchos para sí y blandos con sus vicios. El recogimiento, la oración, la caridad fraterna que une los corazones, y la devoción y magisterio de María son las mejores disposiciones para atraer sobre nosotros al Espíritu Santo.

 

¡Oh Corazón sapientísimo de María! Enséñame tú, y no me enseñen los sofistas del mundo y los prudentes del siglo; enséñame la doctrina de Cristo, la sumisión a la Iglesia, lo que tú quieras que aprenda y practique para que reciba el divino Espíritu de que estuviste tan llena.

 

 

 

PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.

 

ASPIRACIONES

¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.

¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.

¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.

¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.

¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.

¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.

¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.

¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.

¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.

Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

 

ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Bajo vuestra protección nos acogemos,

santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.

 

“Corazón Inmaculado de María,

rogad por nosotros.”

100 días de indulgencia cada vez, Pío IX

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.

A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.

A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).