DÍA QUINTO
El Corazón de María en la Anunciación
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA QUINTO
MEDITACIÓN
El Corazón de María en la Anunciación
¡Qué admirable contraste! No hubo jamás sobre la tierra embajada más augusta ni respuesta más prudente y humilde. Envía la Santísima Trinidad a una Virgen, retirada en un rincón del mundo, un príncipe excelso de su corte; le propone la estupenda e inaudita opción de la dignidad mayor que puede ofrecerse a una pura criatura; solícitos los cielos, suspenso el ángel, aguardan que esta jovencita de quince años pronuncie una palabra, dé su consentimiento para que se verifique en seguida el portento de los siglos. Y la Virgen, tranquila, sin alterarse con el viento de la vanidad o de las alabanzas, interroga prudentísimamente al celestial mensajero, y cuando ha visto disipadas sus dudas deja caer de sus labios aquellas palabras que son el asombro de los cielos y la tierra: He aquí la esclava del Señor: hágase en mi según tu palabra. Fiat prodigioso, comparable sólo al que pronunció Dios en la creación del universo. ¡Qué diferencia entre la curiosidad y presunción de Eva, y la prudencia y humildad del Corazón de María! ¡Cómo debió agradar a la Santísima Trinidad el cúmulo de virtudes que en un solo acto ejercitó aquí nuestra Señora! A la propuesta de ser Madre de Dios opone el reparo de su perpetua virginidad; a la elevación más sublime, con que se la ensalza, corresponde con la humildad más rendida y profunda. Humildísimo fue el Corazón de María dijo el Señor a Santa Matilde, pues le mereció su humildad concebir por obra del Espíritu Santo.
¡Oh humildísimo Corazón de María! Enseñad me estas dos virtudes que os hicieron tan grata a los divinos ojos: pureza y humildad. Sin ambas es imposible agradar a Dios, recibir y conservar sus dones.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).