DÍA DÉCIMO OCTAVO
Corazón de María al pie de la cruz
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA DÉCIMO OCTAVO
MEDITACIÓN
Corazón de María al pie de la cruz
Dijo a su Madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Y al discípulo: He ahí a tu Madre. La página del Evangelio donde se refieren estas palabras es, sin disputa, una de las páginas más tiernas y consoladoras para el género humano. En este testamento del Hombre-Dios se nos da por Madre amorosísima a la Madre del Verbo encarnado; y como son palabras de Dios, eficaces y operativas, en el mismo instante en que salieron de los divinos labios se engendró en la Virgen para con los hombres un corazón maternal, brotaron en Marra sentimientos de Madre como ella sola los podía tener. Aquí, al pie del santo madero, nos dio a luz nuestra Madre. Con tal amor aceptó la Virgen el oficio que su Hijo le encomendó, que se puede decir: Sic Maria dilexit nos ut Filium suum Unigenitum daret: De tal manera nos amó María, que por nosotros entregó a su Unigénito. ¡Oh, y cuán bien ha cumplido con este amoroso oficio! Nos da el ser a la gracia, nos sustenta en ella, hácenos crecer y nos lleva, si somos fieles, a la edad varonil y perfecta de la santidad, ¡hasta coronarnos después en la gloria! ¡De cuántos peligros nos libra! ¡Cuántas inspiraciones nos da! ¡Cómo vela mientras nosotros dormimos!
¡Oh Madre mía dulcísima! ¿Cómo os pagaré a ti y a Jesús el beneficio que hoy me hacéis? ¿Cómo no amaros con todo mi corazón a vista de vuestras finezas? ¡Ah! péguese mi lengua al paladar, séquese mi diestra si me olvidare de ti, Madre, mía, si no te amare de corazón y procurare que todos te amen, alaben y sirvan.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).