DÍA SEGUNDO
Corazón de María, la Madre Dios
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA SEGUNDO
MEDITACIÓN
Corazón de María, la Madre Dios
El fundamento de las grandezas del Corazón de María es su divina maternidad. Por ésta la vemos unida con Jesucristo en los eternos decretos de la Providencia antes de todos los siglos. El primer objeto que la divina Sabiduría se propuso en la creación es Jesucristo, y con Él, de una manera inseparable, su Madre, la Virgen inmaculada, de la que el Hijo había de tomar carne. De ahí que la Iglesia le aplique lo que dicen las sagradas letras del Hijo de Dios o de la Sabiduría: que ha sido primogénita antes de toda criatura; que fue concebida antes que existiesen los abismos; que Dios la poseyó desde el principio de sus obras; que coopera a la formación de los cielos é influía como causa final en todas las obras de la creación, porque todo se hacía para su Hijo y para Ella. ¡Estupenda dignidad que levanta a María sobre todas las jerarquías angélicas, la coloca en un orden aparte, sobre todo lo criado, le comunica cierta infinidad y es origen de inefables excelencias! También el hombre a su manera puede imitar la divina maternidad de María; también el alma cristiana en cierto sentido puede ser madre de Jesús. Quien hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, éste es, dice Jesucristo, mi madre y mis hermanos. Quien con sus trabajos y desvelos logra que Cristo nazca en el corazón de su prójimo, en cierta manera viene a ser madre de Jesús; el que con su sangre y sudores hace que Cristo viva en pueblos que no le conocían, y con la luz de la fe y vida eucarística lo introduce en el corazón de los nuevos cristianos, espiritualmente es madre de Jesús e imita a la Santísima Virgen, que primero concibió a su Hijo en la mente y el corazón que en su seno virginal. Pero ¡ay! que, si esto es así, como lo es, el que con el pecado quita la vida de Jesús en su propia alma o en la ajena, éste no es madre, sino homicida, y homicida de un Hombre Dios. Vuelve a crucificar en sí mismo o en su prójimo al Hijo de Dios, como dice San Pablo.
¡Oh purísimo Corazón de María! ¡Qué horror debe causarme este monstruo del pecado! No permitas que en adelante cometa yo tan horrible maldad. No, no quiero escandalizar a mi prójimo ni ser la ruina de nadie, sino trabajar con todas mis fuerzas para robustecer la vida de Jesús en mí y en los demás, y hacer que nazca y viva siempre en todos.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).