DÍA TERCERO
Corazón de María Inmaculada
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA TERCERO
MEDITACIÓN
Corazón de María Inmaculada
La Santísima Virgen, predestinada a ser Madre de Dios, no podía menos de tener un Corazón inmaculado, exento é inmune de toda culpa original, personal, mortal o venial. Había de ser un Corazón impecable, impecable no por naturaleza, sino por gracia. ¿Cómo no habían de preservar a María de toda culpa el eterno Padre que la tenía por Hija, el Hijo que la formó para que fuese su Madre, el Espíritu Santo que la escogió por Esposa? ¿Faltaba acaso a Dios poder, sabiduría y amor para preservarla? ¡Y cómo se hubiese vanagloriado Luzbel si hubiera podido, siquiera un instante, tenerla por esclava suya! No: la llena de gracia, la que habla de tener enemistades perpetuas con la serpiente y aplastar su cabeza, no podía ser jamás esclava o súbdita suya: su Corazón debía ser siempre inmaculado. Y debía carecer o estar exenta, no sólo de toda culpa o pecado, sino del fómite o inclinación a él, de esa tendencia interior que a nosotros nos arrastra al pecado, de la concupiscencia de la carne que en nosotros subsiste aun después del bautismo. Este es el privilegio más grato al Corazón purísimo de María, como que es el que la hacía más agradable y hermosa a los divinos ojos. ¡Y cómo procuró María por todos los medios conservarlo y acrecentarlo! ¡Qué cuidado puso en evitar toda ocasión, todo objeto y acción que pudiera empañar ligerísimamente el tersísimo espejo de su alma inmaculada! Y yo ¿qué cuidado tengo de guardar la inocencia y la gracia que recibí en el bautismo? ¿Qué aprecio hago de ese tesoro con que me enriqueció el Señor? ¿No he vendido, acaso, como Esaú, mi progenitura y herencia celestial por un plato de lentejas?
¡Oh Corazón inmaculado de María! ¡Qué ciego he sido hasta ahora! He malvendido mi alma y los ricos tesoros de la gracia por una nonada, por unas gotas de miel, por lo que me quisieron dar. No permitas que en adelante sea yo tan necio, sino que haga de la gracia y virtud la estima que se debe.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).