martes, 4 de octubre de 2016

EL ROSARIO DE HOY CON SAN FRANCISCO DE ASÍS



Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial:  Meditamos el rosario de hoy con algunos pensamientos de San Francisco de Asís: Fundador de de los Frailes Menores, de las Señoras Pobres y de los Hermanos y Hermanas de la Penitencia, que con su vida ejemplar nos muestra el camino de seguir a Jesucristo tal y como se nos muestra en el  Evangelio.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: para que te amemos con todo el corazón (cf. Lc 10,27), pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas, gastando todas nuestras fuerzas y los sentidos del alma y del cuerpo en servicio de tu amor y no en otra cosa; y para que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, atrayéndolos a todos a tu amor según nuestras fuerzas, alegrándonos del bien de los otros como del nuestro y compadeciéndolos en sus males y no dando a nadie ocasión alguna de tropiezo.”
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios. Son verdaderamente pacíficos aquellos que, con todo lo que padecen en este siglo, por el amor de nuestro Señor Jesucristo, conservan la paz en el alma y en el cuerpo.”
3. La coronación de espinas
“Bienaventurado el siervo que permanece siempre bajo la vara de la corrección. Es siervo fiel y prudente el que, en todas sus ofensas, no tarda en castigarse interiormente por la contrición y exteriormente por la confesión y la satisfacción de obra.”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Consideremos todos los hermanos al buen pastor, que por salvar a sus ovejas sufrió la pasión de la cruz. Las ovejas del Señor le siguieron en la tribulación y la persecución, en la vergüenza y el hambre, en la enfermedad y la tentación, y en las demás cosas; y por esto recibieron del Señor la vida sempiterna. 3De donde es una gran vergüenza para nosotros, siervos de Dios, que los santos hicieron las obras y nosotros, recitándolas, queremos recibir gloria y honor.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
“La voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, que él nos dio y que nació por nosotros, se ofreciera a sí mismo por su propia sangre como sacrificio y hostia en el ara de la cruz; no por sí mismo, por quien fueron hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus huellas. Y quiere que todos nos salvemos por él y que lo recibamos con nuestro corazón puro y nuestro cuerpo casto. Pero son pocos los que quieren recibirlo y ser salvos por él, aunque su yugo sea suave y su carga ligera.”