8 de diciembre
INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
Lecciones del II Nocturno de Maitines
Sermón de San Jerónimo, Presbítero.
De la
Asunción de la Bienaventurada Virgen María.
Las cualidades y la grandeza de la bienaventurada Virgen María,
nos las declaró el Ángel cuando dijo: “Ave, llena de gracia; el Señor es
contigo, y bendita Tú eres entre todas las mujeres”. Debía poseer la plenitud
de la gracia, aquella que dio gloria a los cielos y el Señor a la tierra,
aquella que hizo brillar la paz, que dio la fe a las naciones, que puso un
término a los vicios, que dio una regla a la vida y una disciplina a las
costumbres. Fue, en efecto llena de gracia, porque María la recibió plenamente,
mientras a los demás se concede parcialmente. Fue, en verdad, llena de gracia,
porque si la gracia estaba en los santos Padres y en los Profetas, no la
poseían plenamente; pero María recibió todas las gracias que se hallan en
Cristo, aunque de una manera diferente. Por esto el Ángel le dijo: “Eres
bendita entre todas las mujeres”; es decir, bendita más que todas las mujeres.
Y por esto todas las maldiciones que Eva trajo fueron borradas por la bendición
de María. A ella se dirigen las alabanzas de Salomón en el Cantar de los
Cantares: “Ven, paloma mía, inmaculada mía; ya ha pasado el invierno y ha
cesado la lluvia”, y añade: “Ven del Líbano, ven y serás coronada”.
Con
razón es invitaba a bajar del Líbano, ya que Líbano significa blancura
refulgente. María refulgía en méritos y en virtudes innumerables, era más
blanca que la nieve más pura. Llena de los dones del Espíritu Santo, muestra en
todo la simplicidad de la paloma, porque la pureza y la simplicidad están en
todo cuanto obra; todo en ella es verdad y gracia, todo es misericordia y
justicia, y justicia celestial; ella es inmaculada, porque en ella no hay
mancha alguna. Concibió un hombre en su seno, como lo atestigua Jeremías, sin
perder su virginidad. “El Señor, dice este Profeta, ha creado un nuevo prodigio
sobre la tierra: una mujer circundará a un hombre”. Novedad inaudita, novedad
de las virtudes, la más excelente de todas las novedades: Dios, al cual el
mundo no puede contener, y al cual nadie puede ver sin morir, entra en el seno
de una Virgen, como en un asilo santo, sin ser prisionero de este cuerpo, y en
él, no obstante, está contenido entero, y de él sale, como dice Ezequías,
cerradas las puertas. Por esto canta el Cantar de los Cantares refiriéndolo a
María: “Jardín cerrado, fuente sellada, manantial de delicias del paraíso”.
Verdadero jardín de delicias que reúne toda especie de flores y todos los
perfumes de las virtudes; tan bien cerrado que ni la violencia ni la astucia
pueden forzar su entrada: fuente sellada con el sello de toda la Trinidad.