sábado, 23 de octubre de 2021

PAZ. MES DEL ROSARIO. DÍA 24

MES DEL ROSARIO

 

Postrados ante una imagen de la Santísima Virgen (si es posible de Nuestra Señora del Rosario) se dirá:

Por la señal...

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, bondad infinita, me pesa de haberos ofendido y propongo con vuestra gracia no pecar más; lo que espero mee concederéis por vuestra pasión y muerte, para perseverar en vuestro servicio hasta alabaros en el cielo. Amén

 

Se lee y medita la reflexión de cada día.

 

Día 24

La admirable Ascensión de Nuestro Señor

PAZ

Nuestro Adorable Redentor estuvo alentando e instruyendo a ·sus Apóstoles después de su Resurrección y, prometiendo enviarles el Espíritu Santo. Reunida en el monte una inmensa muchedumbre y estando presentes su Santa Madre y sus discípulos y Apóstoles, fue Nuestro Señor Jesucristo elevándose los Cielos, hasta penetrar por las nubes y sentarse a la diestra de Dios Padre.

La admirable Ascensión del Señor llenó de gozo inefable a la Madre Virgen que veía glorioso a su Hijo y su Dios y glorificado por los Santos y Ángeles y por todas las criaturas. Desde entonces todos sus afectos estaban en el cielo, y absorta contemplaba en él al Hijo Eterno de Dios, Dios y Hombre verdadero.'

Constituíala el Señor como Maestra de la naciente Iglesia y consejera de sus Apóstoles y para que con sus oraciones hiciera descender al Espíritu Santo que les llenase de sus dones y frutos, encendiéndoles en el divino amor. Aunque sólo suspiraba por el cielo atendía a todo lo que el Señor le encomendara con gran paz e igualdad de ánimo.

He aquí una virtud muy preciosa, pero difícil de practicar. Tener igualdad de ánimo o sea paz verdadera, sea próspero o adverso lo que nos suceda, es sólo práctica de almas privilegiadas del Señor.

Debemos estar convencidos de que todo lo que nos envía el Señor es para nuestro bien y sin embargo damos a conocer nuestro disgusto cuando no nos suceden las cosas a medida de nuestros deseos. Es porque no poseemos la paz que el Señor nos da para que todo, sobreponiéndonos a nuestras inclinaciones, lo aceptemos con amor y agradecimiento.

La Santísima Virgen, que nos da ejemplo sublime de esta virtud, que es uno de los frutos del Espíritu Santo, nos concederá todas las gracias que necesitamos para practicarla, y con su práctica dar a conocer que amamos a Dios sobre todas las cosas.

 

PRÁCTICA

Aceptemos con tranquilidad lo que nos suceda, demostrando que poseemos la paz del Señor y sólo deseamos su gloria.

 

PETICIÓN

Jaculatoria. Oh Maria, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

Bendita sea tu pureza...