jueves, 7 de octubre de 2021

OBEDIENCIA (2). DÍA 8. MES DEL ROSARIO

MES DEL ROSARIO

 

Postrados ante una imagen de la Santísima Virgen (si es posible de Nuestra Señora del Rosario) se dirá:

Por la señal...

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, bondad infinita, me pesa de haberos ofendido y propongo con vuestra gracia no pecar más; lo que espero mee concederéis por vuestra pasión y muerte, para perseverar en vuestro servicio hasta alabaros en el cielo. Amén

 

Se lee y medita la reflexión de cada día.

 

Día 8

La Purificación

OBEDIENCIA

Contemplemos a la Santísima Virgen modelo de obediencia en su Purificación e inundada de gozo santo al presentar en el Templo a su Divino Hijo como el único digno de ser ofrecido al Eterno padre que en Él tiene sus complacencias y el único que borra los pecados del mundo.

Nuestra obediencia debe ser como la de la Santísima Virgen, sin temor del sacrificio.

Si por obedecer a Dios, cumpliendo sus mandamientos, hemos de violentar nuestras inclinaciones tan propensas al mal, venzámoslas con decisión, que la Santísima Virgen nos alcanzará gracia para ello.

Si la voz de Dios nos llama interiormente, no la desobedezcamos, aunque nos exija separaciones y sacrificios.

Sigamos con toda minuciosidad los consejos de nuestro director espiritual, que en representación de Dios nos da la norma de vida que debemos seguir para ser santos, que es a lo que debemos aspirar.

Es muy recto camino del cielo la obediencia, que destruye en nosotros el orgullo y muchos vicios de nuestra voluntad desordenada.

La Santísima Virgen, cumpliendo obediente una ley que en realidad no le comprendía, nos enseña que debemos también ser obedientes para dar buen ejemplo a nuestros prójimos, siguiendo en todos los preceptos de la Iglesia, sin excusarnos por nada, pues puede acontecer que alguna persona emprenda prácticas de piedad, tan sólo por un ejemplo, y dependa de ello su salvación.

Muy agradable debe ser a Dios la obediencia, pues se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. Y comprendiéndolo así la Iglesia, entre fas tres virtu1des que hace ofrezcan con voto al Señor s.us predilectos, m1a de ellas es la obediencia.

Mucho debemos pedir a la Santísima Virgen conceda esta virtud a todos los cristianos, ahora que la mayor parte del mundo no quiere sujetarse a las leyes divinas ni humanas, pretendiendo regirse a su antojo y seguir sus pasiones.

Sólo la Santísima Virgen puede poner remedio a tanto mal, ofreciendo por la rebeldía del mundo su perfecta y sublime obediencia.

 

PRÁCTICA

Ofrecer por los que se obstinan en no acatar el Soberano dominio de Dios alguna de nuestras prácticas piadosas.

PETICIÓN

Jaculatoria. Virgen·obedientísima, ruega por nosotros.

Bendita sea tu pureza.