EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 19
Al comenzar cada día.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”
Se guarda unos segundos de silencio.
Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.
San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.
DÍA 19.- VIDA PÚBLICA DE JESÚS
Quería salvar almas.
Predicaba a los niños para que guardasen su inocencia.
Predicaba a los enfermos, curando sus dolencias.
Predicaba a los pecadores, para que se convirtiesen.
Predicaba a los pobres, que le escuchaban devotamente.
Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se salve.
A veces se aprovechan más los pobres que los ricos.
Los de buena voluntad se aprovechan de sus sermones.
Los malos le escuchaban para desacreditar su doctrina.
¿No sucede esto mismo hoy? ¿Oyen todos a la Iglesia?
Tú, que esto lees o escuchas, ¿sabes bien las verdades religiosas?
***
Oh Jesús, escuchare vuestra palabra con docilidad.
No seré de los que solo escuchan a un orador de fama.
En los sermones es Dios, no el orador, quien me habla.
Para finalizar cada día.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.