martes, 7 de septiembre de 2021

JUICIO PARTICULAR. EJERCICIOS ESPIRITUALES. DÍA 8

EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 8

 

Al comenzar cada día.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO

DE SAN IGNACIO DE LOYOLA


Tomad, Señor, y recibid

toda mi libertad,

mi memoria,

mi entendimiento

y toda mi voluntad;

todo mi haber y mi poseer.

Vos me disteis,

a Vos, Señor, lo torno.

Todo es Vuestro:

disponed de ello

según Vuestra Voluntad.

Dadme Vuestro Amor y Gracia,

que éstas me bastan.

Amén.

 

Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”

 

Se guarda unos segundos de silencio.

Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.

San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.

 

DÍA 8.- JUICIO PARTICULAR.

A la muerte sigue el juicio.

Todos buenos y malos, hemos de presentarnos ante Dios.

Hemos de dar cuenta de cuanto hemos hecho en esta vida.

Pensamientos, palabras, obras, omisiones, escándalos.

Uso de los sentidos del cuerpo y de las potencias del alma.

Nos ha de juzgar un Juez que todo lo sabe.

Juez inexorable que no se ablanda con suplicas.

Juez supremo, contra el cual no hay apelación posible.

Ahora es tiempo de misericordia. Después, de justicia.

¿Qué sería de ti, si hoy mismo comparecieras ante Él?

¿Saldré de aquel tribunal salvado o condenado?

***

Me lleno, Señor, de saludable temor al pensar en el juicio.

Compadeceos de mí según vuestra gran misericordia.

Propongo seguir desde hoy una conducta irreprensible.

 

 

Para finalizar cada día.

 

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN

Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial Princesa,

Virgen Sagrada María,

yo te ofrezco en este día

alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,

no me dejes, Madre mía.

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.