domingo, 5 de septiembre de 2021

EL REMORDIMIENTO. EJERCICIOS ESPIRITUALES. DÍA 6

EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 6

 

Al comenzar cada día.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO

DE SAN IGNACIO DE LOYOLA


Tomad, Señor, y recibid

toda mi libertad,

mi memoria,

mi entendimiento

y toda mi voluntad;

todo mi haber y mi poseer.

Vos me disteis,

a Vos, Señor, lo torno.

Todo es Vuestro:

disponed de ello

según Vuestra Voluntad.

Dadme Vuestro Amor y Gracia,

que éstas me bastan.

Amén.

 

Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”

 

Se guarda unos segundos de silencio.

Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.

San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.

 

DÍA 6.- EL REMORDIMIENTO.

Es ahora la voz de Dios.

En el infierno, es el verdugo que siempre atormenta.

Allí conocerá el condenado la vileza de cuanto hay acá.

Allí conocerá la realidad de cuanto se le predicaba y decía.

¡Ay de mí!, se dirá, he perdido mi último fin.

Podía salvarme, tal fácil me era, y me he condenado.

Debía salvarme, pues solo para eso estaba en el mundo.

Ya no puedo salvarme, estoy condenado sin remedio.

Me burlaba de los buenos y ellos son eternamente felices.

Para siempre separado de Dios. Para siempre desgraciado.

***

Dios mío, oiré vuestra voz que me aparta del pecado.

Puedo salvarme.

Cueste lo que costare, quiero salvarme.

Os amo, Dios mío,

dadme vuestra gracia para no pecar.

 

Para finalizar cada día.

 

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN

Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial Princesa,

Virgen Sagrada María,

yo te ofrezco en este día

alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,

no me dejes, Madre mía.

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.