DÍA 1. NOVENA AL PADRE PÍO DE PIETRELCINA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS:
Por la señal…
Acto de contrición. Señor mío Jesucristo…
Súplica al Padre Pío del Papa Juan Pablo II
Humilde y amado padre Pío, enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.
Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.
Danos una mirada de fe capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.
Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.
Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.
Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
*Se le la meditación para cada día. Terminada la lectura y después de unos breves instantes se concluye.
DÍA 1. VIRTUD DE LA FE
Enseña la Iglesia con respeto a la virtud de la fe: “La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha revelado, y que la Iglesia nos propone creer, dado que Dios es la Verdad misma. Por la fe, el hombre se abandona libremente a Dios; por ello, el que cree trata de conocer y hacer la voluntad de Dios, ya que «la fe actúa por la caridad».”
Referente a la fe, decía el Padre Pío: “La fe viva, la creencia ciega y la plena adhesión a los que Dios ha dado autoridad sobre ti… es la luz que iluminó los pasos del pueblo de Dios en el desierto. Esta es la luz que brilla siempre en lo más alto de todos los espíritus gratos al Padre. Esta es la luz que condujo a los magos a adorar al mesías recién nacido. Esta es la estrella profetizada por Balaam. Esta es la antorcha que guía los pasos de estos espíritus desolados. Y esta luz y esta estrella y esta antorcha son también las que iluminan tu alma, dirigen tus pasos para que no vaciles, fortifican tu espíritu en el afecto a Dios y hacen que, sin que el alma las conozca, se avance siempre hacia el destino eterno.”
“La profesión de fe más bella es la que sale de tus labios en la obscuridad, en el sacrificio, en el dolor, en el esfuerzo supremo por buscar decididamente el bien; es la que, como un rayo, disipa las tinieblas de tu alma; es la que, en el relampaguear de la tormenta, te levanta y te conduce a Dios.”
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS
Pídase la gracia que se desea alcanzar por intercesión del glorioso Padre Pio.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo: concédenos, por su intercesión, la gracia que ardientemente deseamos; y otórganos, sobre todo, que nos conformemos a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Y se dice tres veces.
San Pío de Pietrelcina,
R/. Ruega por nosotros.