EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 31
Al comenzar cada día.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”
Se guarda unos segundos de silencio.
Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.
San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.
DÍA 31.- JESÚS CRUCIFICADO.
Mírale y contémplale bien.
Es tu Amigo, tu Bienhechor, tu Padre, tu Redentor, tu Dios.
Tiene los brazos abiertos para abrazarte amorosamente.
Está con las manos clavadas para no castigarte.
Te perdona. Te abre el Cielo. Te da a su misma Madre.
Tiene sed de tu salvación. Te mira y quiere salvarte.
Padece por ti. Agoniza por ti. Muere por tu amor.
A sus pies, sus enemigos se ensañan contra Él.
Dirige una mirada a su Madre, que está a sus pies.
Jesús es el Redentor. María es la Corredentora. Ámalos.
***
Oh Jesús, dos palabras salen del fondo de mi corazón.
Me arrepiento de los pecados que he cometido.
Os amo, sí, os amo, porque sois Bondad infinita.
Para finalizar cada día.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.