EJERCICIOS ESPIRITUALES. Día 20
Al comenzar cada día.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Antes de comenzar la meditación, siguiendo el consejo de san Ignacio, “pide gracia a Dios nuestro Señor para que todas tus intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su Divina Majestad.”
Se guarda unos segundos de silencio.
Se lee el punto de cada día, son sentencias cortas, para meditar y pensar. No leas apresurado.
San Ignacio recomienda la repetición de la meditación: Es conveniente a lo largo del día, volver sobre lo meditado.
DÍA 20.- LAS DOS BANDERAS
Hay sólo dos banderas: La de Cristo y la de Lucifer.
Lucifer levanta su bandera y busca seguidores.
Está sentado en cátedra de fuego y humo.
Se Lee en su bandera: Placeres, honores y riquezas.
Muchos fascinados por tales palabras, le siguen a ciegas.
Pero su desdicha será eterna, como lo es la de Lucifer.
Jescucristo levanta su bandera para salvar al hombre.
Su bandera es blanca. Su trono es humilde pero glorioso.
Su lema es: Paz, virtud, penitencia, mortificación, pureza.
Muchos se espantan y vuelven atrás; no quieren seguirle.
Muchos también le siguen. Su premio será eterno.
***
Jesús, quiero ser vuestro; cumpliré como buen cristiano.
Quiero ser vuestro, procurándoos muchos seguidores.
Quiero ser vuestro en el tiempo y en la eternidad.
Para finalizar cada día.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.