15 de agosto
ASUNCIÓN DE
NUESTRA SEÑORA A LOS CIELOS
Forma
Extraordinaria del Rito Romano
Aconteció
que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú
entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!¿Quién soy yo para que me
visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la
criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído,
porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma
la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu
en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora
me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes en mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación.
Jn 1, 41-50