lunes, 28 de agosto de 2017

EL ROSARIO DE HOY CON AGUSTÏN DE HIPONA





Por la señal... 
Monición inicial:  Se hace hoy memoria de san Agustín, obispo y doctor eximio de la Iglesia, el cual, después de una adolescencia inquieta por cuestiones doctrinales y libres costumbres, se convirtió a la fe católica y fue bautizado por san Ambrosio de Milán. Vuelto a su patria, llevó con algunos amigos una vida ascética y entregada al estudio de las Sagradas Escrituras. Elegido después obispo de Hipona, en África, siendo modelo de su grey, la instruyó con abundantes sermones y escritos, con los que también combatió valientemente contra los errores de su tiempo e iluminó con sabiduría la recta fe (430).
En una de sus exhortaciones decía: «Aquella, pues, cuyos pasos seguís, ni para  concebir tuvo concurso de varón ni para dar a luz dejó de permanecer virgen. Imitadla en cuanto os es posible... Lo que os admira en la carne de María, obradlo en lo íntimo de vuestras almas. Pues el que profesa una fe que justifica,  concibe a Cristo; y el que confiesa con su boca para salvarse  (Rom 10,10), da a luz a Cristo»
Señor mío Jesucristo... 

MISTERIOS GOZOSOS
Primer Misterio: LA ANUNCIACIÓN
“Se forma en ti quien te hizo a ti; se hace en ti aquel por quien  fuiste hecha tú; más aún, aquel por quien fue hecho el cielo y  la  tierra,  por  quien  fueron  hechas  todas  las  cosas;  en  ti  la  Palabra  se  hace  carne  recibiendo  la  carne,  sin  perder la  divinidad.  Hasta  la  Palabra  se  junta  y  une  con  la  carne,  y  tu  seno es el tálamo de tan gran matrimonio; vuelvo a repetirlo:  tu  seno  es  el  tálamo  de  tan  gran  matrimonio,  es  decir,  de  la  unión de la Palabra y de la carne; de él sale e! mismo esposo  como  de  su  lecho  nupcial  (SaI  18,6).  Al  ser  concebido  te encontró virgen, y, una vez nacido, te deja virgen”. Sermón 291, 5
Segundo Misterio: La Visita de María a su prima Santa Isabel.
 “Hoy recibimos al santo Juan, precursor del Señor, el hijo de  una estéril que  anunciaba al hijo de una virgen, pero siempre  siervo  que  anuncia  al  Señor.  Puesto  que  Dios  hecho  hombre  había  de  venir  mediante  una  virgen,  le  precedió  un  hombre  nacido  de  una  mujer  estéril  para  que  aquél refiriéndose  al  cual  dice  Juan  que  es  indigno  de  desatar  la  correa  de  su calzado fuera  reconocido  como  Dios  hombre.  Admira  a  Juan  cuanto te sea posible, pues lo que admiras aprovecha a Cristo.  Aprovecha, repito, a Cristo, no porque tú le ofrezcas algo a él, sino para progresar tú en él”. Sermón 291, 1
Tercer  Misterio: La Natividad de JESÚS
“Cuando se nos leyó el evangelio, escuchamos las pal abras mediante  las  cuales  los  ángeles  anunciaron  a  los  pastores  el  nacimiento, de una virgen, de Jesucristo el Señor: Gloria a Dios  en  los  cielos  y  paz  en  la  tierra  a  los  hombres  de  buena  voluntad (Lc 2,14). Palabras de fiesta y de congratulación, no  sólo  para  la  mujer  cuyo  seno  había  dado  a  luz  a!  niño,  sino  también  para  el  género  humano,  en  cuyo  beneficio  la  virgen  había  alumbrado  al  Salvador.  En  verdad  era  digno  y  de  todo  punto  conveniente  que  la  que  había  procreado  al  Señor  de  cielo y tierra y había per manecido virgen después de dar a luz,  viera  celebrado  su  alumbramiento  no  con  festejos  humanos  de   algunas   mujercillas,   sino   con   los   divinos   cánticos   de  alabanza de un ángel”. Sermón 163,4
Cuarto Misterio: La presentación del niño en el templo
“Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque  mis  ojos  han  visto  tu  salvación  (Lc  2,26-30).  He  aquí  por  qué  decía: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación  (Sal  84,8).  Se  cumplió  el  deseo  del  anciano  cuando  el  mundo  declina  hacia  la  vejez.  Quien  encontró  al  mundo  envejecido  vino  en  persona  al  hombre  anciano.  Por  lo  tanto,  si  encontró  al mundo envejecido, escuche éste: Cantad al Señor el cántico  nuevo; cantad al Señor toda la tierra. Desaparezca la vetustez,  resurja la novedad”. Sermón 163,4
Quinto  Misterio: El niño perdido y hallado en el templo
“Al  no  encontrarlo,  llenos  de  preocupación,   volvieron   a  Jerusalén,  donde  lo  encontraron  discutiendo  con  los  ancianos  en  el  templo.  Todo  ello  cuando  tenía  sólo  12  años.  ¿Por  qué  extra  fiarse  de  ello?  La  Palabra  de  Dios  nunca  calla,  aunque  no siempre se la escuche. Es hallado en el templo; su madre le  dice:  ¿Por  qué  nos  has  hecho  esto?  Tu  padre  y  yo,  con  dolor,  te   estábamos   buscando.   Y   él   responde:   ¿No   sabíais   que  conviene  que  me  ocupe  de  las  cosas  de  mi  Padre?  (Le  2,42-49) Sermón 51, 17