jueves, 2 de octubre de 2014

¡OH VERBO! ¡OH CRISTO! Beato Antonio Chevrier


¡Oh Verbo! ¡Oh Cristo!
¡Qué bello y qué grande eres!
¡Quién acertara a conocerte!
¡Quién pudiera comprenderte!

Haz, oh Cristo, que yo te conozca y te ame.
Tú, que eres la luz,
manda un rayo de esa divina luz sobre mi pobre alma,
para que yo pueda verte y comprenderte.

Dame una fe en ti tan grande,
que todas tus palabras sean luces que me iluminen,
me atraigan hacia ti y me hagan seguirte
en todos los caminos de la justicia y de la verdad.

¡Oh Cristo! ¡Oh Verbo!
Mi Señor y mi único Maestro!
Habla, que quiero escucharte y poner en práctica tu palabra.
Quiero escuchar tu divina palabra, que sé que viene del cielo.
Quiero escucharla, meditarla, practicarla,
porque en tu palabra está la vida, la alegría, la paz
y la felicidad.
Habla, Señor. Tu eres mi Señor y mi Maestro.

Quiero escucharte sólo a Ti.