Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: Celebramos hoy la fiesta de Nuestra Señora del Rosario instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria
obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria
atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La
celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de
Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo
a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.
Nos servimos para ello, de algunas de las invocaciones que durante su
pontificado elevó el Papa San Juan Pablo II.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS
DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“¡Dios te
salve María, mujer de fe, primera entre los discípulos! Virgen, Madre de la
Iglesia, ayúdanos a testimoniar siempre la esperanza que nos habita, teniendo
confianza en la bondad del hombre y en el amor del Padre. Enséñanos a construir
el mundo, desde el interior: en lo profundo del silencio y de la oración, en la
alegría del amor fraterno, en la fecundidad insustituible de la Cruz.”.
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“¡Virgen
Inmaculada! Tu intacta belleza espiritual es para nosotros fuente viva de
confianza y de esperanza. Tenerte como Madre, Virgen Santa, nos afianza en el
camino de la vida como prenda de eterna salvación. Por ello a ti, oh María,
recurrimos confiados. Ayúdanos a construir un mundo en el que la vida del
hombre se vea siempre amada y defendida; toda forma de violencia, desterrada; la
paz, por todos tenazmente buscada.”
3. La coronación de espinas
“María,
Virgen Inmaculada, Mujer del dolor y de
la esperanza, sé benigna con toda
persona que sufre y obtén a cada uno la
plenitud de vida. Mira a las madres que
lloran por sus hijos; mira a los abuelos
que carecen de suficientes recursos para sostener a sus nietos que han quedado huérfanos. Abraza a todos con
tu corazón de Madre. Reina del mundo entero, Virgen santísima, ruega por
nosotros.”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“María, Estrella
luminosa de la mañana puesta por
Dios sobre el horizonte de la
humanidad, extiende benigna tu manto
sobre nosotros, peregrinos en los
caminos del tiempo entre múltiples
peligros y asechanzas, e interviene en
nuestro auxilio ahora y en la hora de
nuestra muerte.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
“¡Dios te
salve María, virgen dolorosa, Madre de los vivos! Virgen esposa ante la Cruz,
nueva Eva, sé nuestra guía por los caminos del mundo, enséñanos a vivir y a
transmitir el amor de Cristo, enséñanos a permanecer contigo junto a las
innumerables cruces en las que tu Hijo todavía está crucificado.”