DÍA 18
AFLIGE EL CORAZÓN DE MARÍA LA VISTA ANTICIPADA DE LA PASIÓN DE SU HIJO, LAS PENAS DE SU VIDA EVANGÉLICAS, Y LA MALA CORRESPONDENCIA DE LOS PECADORES.
MES
de María,
o
EL MES DE MAYO
Consagrado a las glorias
de la Virgen Santísima.
EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS
Por la señal de la santa cruz…
Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:
ORACION DE SAN BERNARDO.
Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.
DÍA 18
AFLIGE EL CORAZÓN DE MARÍA LA VISTA ANTICIPADA DE LA PASIÓN DE SU HIJO, LAS PENAS DE SU VIDA EVANGÉLICAS, Y LA MALA CORRESPONDENCIA DE LOS PECADORES.
ORACION.
¡Oh la más pura y la más santa de las criaturas! ¡qué pensamientos os ocupan al ver en vuestra presencia a un ingrato, mucho tiempo hace armado contra su Dios y Criador! Sí; divina Madre mía, he aquí a vuestros pies a un grande pecador, que con sus crímenes ha dado mil veces la muerte a vuestro hijo. ¿Cómo podéis sufrirme delante de vos? ¡Ah! yo tiemblo a vista de mis criminales excesos, y confieso que no merezco perdón; pero sé también, que vos sois el refugio y la esperanza de los más grandes pecadores, y que os complacéis en hacer resplandecer sobre ellos vuestra misericordia. A Vos vengo, pues ¡oh María, oh Madre de mi soberano Juez!, y en vuestras manos encomiendo la salvación de mi alma. ¡Después de los innumerables pecados que he cometido, infaliblemente tendré que comparecer delante del inexorable tribunal de este gran Dios! ¡Quién entonces, sino vos, podrá aplacar su justicia irritada contra mí! ¡Si me abandonáis; yo soy perdido para siempre, pero si os dignáis interesaros en mi favor, ¡tengo asegurada mi salvación! Hablad pues, oh Madre de Jesús, hablad por mí, que vuestro Hijo os escucha, y nada sabe negar a vuestras súplicas. Amén.
FLOR ESPIRITUAL
Cinco Ave Marías para el bien espiritual y corporal de la persona que más nos ha ofendido.
OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL
¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:
DEPRECACIONES
Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.
Ave Maria, gratia plena
Dominus tecum
benedicta tu in mulieribus,
et benedictus fructus ventris tui, Jesus.
Sancta Maria, Mater Dei,
ora pro nobis peccatoribus,
nunc et in hora mortis nostrae.
Amén.
Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.
Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.
Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.
Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.
Salve, Regina, Mater misericordiae.
Vita, dulcedo et spes nostra, salve.
Ad te clamamus exsules filii Hevae.
Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.
INDULGENCIAS
El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.
Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.
Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.