martes, 12 de noviembre de 2024

DÍA 13. SEÑALES DEL JUICIO UNIVERSAL. NOVÍSIMOS Y ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS

DÍA TRECE.

Señales del Juicio universal.

BREVES MEDITACIONES SOBRE LOS NOVÍSIMOS

P. Juan Pedro Pinamonte, S.I.

y oración por los difuntos

 

ORACIÓN INCIAL

Por la señal…

 

Pongámonos en la presencia de Dios y adoremos su Divina Majestad.

 

Oh Dios mío, que condenándonos a la muerte, nos habéis ocultado el momento y la hora, haced que viviendo santamente todos los días de nuestra vida, merezcamos una muerte dichosa, abrasados en vuestro divino amor.

Haced que la meditación de las verdades últimas de la existencia del hombre sobre la tierra, nos sirvan de estímulo para arrepentirnos y detestar el pecado, y resolvernos a vivir y practicar la virtud.

Por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con Vos, en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Se leen los puntos para cada día.

DÍA TRECE.

Señales del Juicio universal.

Las señales que precederán al Juicio son de fe, porque las predijo nuestro Redentor.

1.- Serán muchísimas: El Sol obscurecido, y envuelto en densas tinieblas, la Luna eclipsada, y manchada de negra sangre; las Estrellas caerán; el Mar bramará; la Tierra se abrirá en profundísimos boquerones; terremotos, guerras, pestilencias, discordias, & c.

2.- Serán repentinas, y no esperadas; cuando menos lo pensará el mundo; cuando más se pecará en el mundo; y cuando el mundo ya no tendrá tiempo de enmendarse.

3.- Serán terribles: Lloverá del Cielo un fuego devorador, que sepultará en sus llamas hombres, animales, y plantas, ciudades, fortalezas, palacios, jardines; en una palabra, todo el mundo. ¡Oh que incendio! Si temblarán de asombro las criaturas insensibles, ¿qué harán entonces los pecadores?

 

FRUTO.

En este día ejercitareis tres actos.

1. De temor de la Divina Justicia.

2. De contrición de vuestros pecados.

3. De un reverente, y filial recurso a la Divina misericordia. Concluiréis con tres Pater noster y Ave Maria.

 

PARA FINALIZAR

Por el eterno descanso de los difuntos y las benditas almas del purgatorio:

Pater noster…

V/ . Libra, Señor, sus almas.

R/. De las penas del infierno.

V/. Descansen en paz.

R/. Amén.

V/. Señor, escucha mi oración.

R/. Y llegue a ti mi clamor.

V/ . El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu.

 

Oremos:

Oh Dios, que otorgas el perdón y buscas la salvación de los hombres, pedimos a tu clemencia por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de todos tus santos, para las almas de tus siervos que han salido de este mundo, la gracia de tener parte en la beatitud eterna: principalmente para las almas de mis familiares, amigos y bienhechores difuntos, y de aquellas más necesitadas y olvidadas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

V/. Concédeles, Señor, el descanso eterno.

R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.

V/. Descansen en paz.

R/. Amén.

 

V/. Por la misericordia de Dios y la intercesión de la Virgen María las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz.

R/. Amén.

PREMIO DE LOS QUE DEJANDO TODAS LAS COSAS SIGUEN A CRISTO. MIÉRCOLES DE LA VIGESIMOQUINTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


PREMIO DE LOS QUE DEJANDO TODAS LAS COSAS

SIGUEN A CRISTO.

MIÉRCOLES DE LA VIGESIMOQUINTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

MIÉRCOLES DE LA VIGESIMOQUINTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

PREMIO DE LOS QUE DEJANDO TODAS LAS COSAS

SIGUEN A CRISTO.

 

1.- Entonces respondiendo Pedro le dijo: Ya ves que nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido. ¿Qué premio pues ha de ser el nuestro (1)? A la pregunta del premio presupone o dice antes a Pedro dos cosas: 1. Dejarnos todas las cosas. 2. Te hemos seguido. Como diciendo tácitamente: No me atrevería a preguntar del premio, si no mostraba que habíamos cumplido con esto. ¿Has dejado acaso todas las cosas? ¿Te has dejado aún a ti mismo? ¿el cuidado de tus comodidades? ¿las honras que apetecen los sentidos? ¡Oh cuánto te mientes, si dices que has dejado todas las cosas, si éstas no has dejado! ¿Has seguido por ventura Cristo en la pobreza, en el desprecio, etc.? * Considera ahora qué premio podrás esperar, y mucho menos pedir.

2.- Dijoles pues Jesús: Dígoos de verdad, que vosotros, que me habéis seguido, en la regeneración cuando se sentare el Hijo del hombre, os sentareis vosotros sobre doce sillas juzgando a las doce tribus de Israel (2). Cosa digna es que sean honrados de Cristo los que, dejadas por su amor todas las cosas, se hicieron despreciables en el mundo. ¡Qué dulce cosa será entonces el haber escogido a Cristo, pobre y abyecto! ¿Por qué pues ahora no le escoges? ¿Por ventura habrá entonces una verdad, y otra ahora? El día del Señor hará patente lo falso en que ahora te fundas, lo verdadero que desprecias. Todo cuanto desprecio ahora sufres, respecto de aquella honra, es muy leve.

3.- Y todo el que dejare su casa, hermanos y hermanas, o tierras por mi nombre, recibirá ciento más, y después la vida eterna (3). Al que deja sus cosas se le promete por premio. ¿Cuánto? Cien veces doblado. Ni éste se le reserva para la otra vida, mas en ésta se le da. ¿Qué mayor utilidad? Añádese la certeza de la vida futura. ¿Qué cosa más deleitable? ¿Por qué, pues, estás, algunas veces triste, alma mía? ¿Cómo puede ser que no estés contenta de tu cien doblado? Dirás: No lo he recibido. Mientes, te dice san Marcos (4). Ninguno hay que lo haya dejado todo, que no reciba ciento tanto ahora en el tiempo presente con persecuciones. Si dices tú que no le has recibido, haces a Dios mentiroso. Insistes: No lo experimento. Luego se saca, que no has dejado ni le has totalmente despojado de todas las cosas. Deja pues todo afecto de lo terreno, si quieres experimentarlo.

 

(1) Ibid. (2) Matth., 19. (2) Ibid. (3) Marc., 10. (4) Matth., 20.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

13 de noviembre. SAN ESTANISLAO DE KOSTKA Y MEDITACIÓN

13 de noviembre

SAN ESTANISLAO DE KOSTKA, Confesor

Dios, por el cual habéis sido llamados a la compañía de su Hijo Jesucristo Nuestro Señor, es fiel.

 (1 Corintios, 1, 9).

 

San Estanislao, gentilhombre polaco, fue invitado por la Santísima Virgen en persona a entrar en la Compañía de Jesús. Gravemente enfermo en Viena en casa de un perverso luterano, dos veces recibió la Santa Comunión de mano de los ángeles. De allí fue a encontrar a San Pedro Canisio y después, disfrazado de pobre peregrino, se fue a pie a Roma, junto a San Francisco de Borja. Fue modelo de santidad durante su noviciado. Tal era su amor para con Dios que era menester, para moderar su ardor, aplicarle paños húmedos sobre el pecho. Murió según su deseo el 15 de agosto, fiesta de la Asunción, el año 1568, a la edad de 18 años.

 

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SAN ESTANISLAO

 

I. Este joven conservó una pureza angélica en medio de la corrupción del mundo, gracias a su devoción a la Santísima Virgen, a su espíritu de mortificación y a la frecuencia en recibir los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Sin la piedad y la mortificación, no conservarás tú nunca la inocencia ni la gracia de Dios en el mundo. La mortificación nos despega de las creaturas; la piedad nos une al Creador.

 

II. Durante su noviciado, trabajó por adquirir la santidad, con tanto ardor como si antes hubiese sido un gran pecador. Si, por la gracia de Jesucristo, te has desembarazado de los bienes del mundo, esfuérzate como valiente atleta de Jesucristo, en desapegarte de ti mismo. He aquí el medio de ser coronado durante toda la eternidad. El atleta no obtiene victoria por el solo hecho de desvestirse para la lucha: será coronado sólo después de haber combatido valerosamente. (San Paulino).

 

III. El amor divino desató su hermosa alma de su casto cuerpo con muerte exenta de dolor, de temor y de tristeza. Nada le costaba dejar el mundo con sus riquezas y sus placeres: había abandonado todo esto por Jesucristo. Antes bien, ¡cuán dulce le era ir a recibir la recompensa que Jesús ha prometido a los que renuncian a todo para seguirlo! El camino que tomó abrazando la vida religiosa es, lo confieso, angosto y difícil, pero conduce a la felicidad. El camino del mundo es ancho y cómodo, pero conduce al precipicio. La vía es estrecha, pero conduce al cielo. (San Clemente de Alejandría).

La devoción 
Orad por los que se consagran a la vida religiosa.

 

ORACIÓN

 

Oh Dios, que entre otros milagros de vuestra sabiduría habéis dado, a una edad todavía tierna, una santidad consumada, haced os lo suplicamos que a ejemplo del bienaventurado Estanislao, ganando el tiempo perdido mediante un trabajo asiduo, marchemos rápidamente hacia el descanso eterno. Por J. C. N. S.  Amén.