DÍA DECIMOCTAVO
El descanso en el Corazón de Jesús
MES DE JUNIO
EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.
Oración de Santa Margarita María Alacoque
Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.
Se meditan los textos dispuestos para cada día.
DÍA DECIMOCTAVO
El descanso en el Corazón de Jesús
MEDITACIÓN
Punto Primero ¿Puede haber nada más consolador, que descansar en el Corazón divino de Jesús, como un hijo que se reclina dulcemente en el seno de su padre? Pues esto es precisamente a lo que nos convida hoy este amoroso Corazón, cuyo amor no le deja descansar, si no proporciona a sus criaturas infieles e ingratas como son, una morada de amor dónde puedan reposar dulcemente al abrigo de todos los peligros ¡Oh, cuánto nos ama el amante Corazón de Jesús, y qué solícito se manifiesta en hacer patente a todas las llamas en que se abrasa! ¡Mira y contempla el lugar de tu refugio, el Corazón llagado de tu Salvador y de tu Dios! Considera. atentamente la entrada. de ese santuario de paz es una herida. de ella brota sangre ¿qué quiere decir esto, sino que, si quieres penetrar allí, primero has de purificarte en la sangre que corre gota a gota a impulso del amor que le consume, y segundo, estar dispuesto a padecer? Porque si la entrada es una llaga ¿qué heridas tan dolorosas no se encontrarán allí? ¡Con estas dos disposiciones, encontrarás el deseado descanso, bebiendo a torrentes la ciencia del amor! ¡Oh Corazón deifico, purificadme, abrasadme, consumid la escoria de mi ser, a fin de que consiga gozar de Vos plenamente!
Punto Segundo. Veamos ahora, cual sea la ciencia que aprenderemos en ese refugio seguro del Sagrado Corazón de Jesús. Nos lo dice la Beata Margarita María de Alacoque: «Amad dice, amad y haced lo que queráis, porque el que tiene amor lo tiene todo. Hacedlo todo en el amor, por el amor y para el amor, pues él es quien da precio hasta a lo que parece más insignificante. El amor desecha un corazón partido, pues lo quiere todo o nada: él os hará fáciles todas las cosas. Devolved, pues, amor por amor, sin olvidaros nunca de aquél que murió por amor nuestro. No le amareis hasta que sepáis sufrir en silencio, dándole la preferencia sobre la criatura y prefiriendo la eternidad al tiempo» ¡Qué caracteres tan marcados del verdadero amor! ¡Sufrir en silencio! ¡Cuánto amor no supone el preferirle a las criaturas! ¡Qué despojo tan completo amar con preferencia la eternidad al tiempo presente! ¡Qué desprecio tan grande de cuanto el mundo encierra! ¡Oh Corazón deifico ¡silencio! ¡olvido! ¡Eternidad! Estas tres palabras, han de formar en lo sucesivo todos mis encantos, puesto que, en el silencio, hablaré con Vos, en el olvido de todo os preferiré a todo y el recuerdo de la eternidad me estará diciendo, que por toda ella os he de amar
Jaculatoria. ¡Amad y haced cuanto queráis!
Súplicas al Sagrado Corazón de Jesús
Yo os suplico, Jesús, único amor mío, que absorbáis todos mis pensamientos, y apartéis mi corazón de cuanto hay debajo del cielo, por la fuerza de vuestro amor, más ardiente que el sol, y más dulce que la miel. Hacer que yo muera del amor de vuestro amor, como Vos habéis muerto del amor del mío. ¡Ay Señor! herid de tal suerte este corazón, que es vuestro, y atravesadle de modo que no pueda ya contener nada terreno ni humano.
¡Oh Corazón de Jesús! Yo languidezco de deseo de unirme a Vos; de poseeros, de abismarme en Vos, para no vivir más que de Vos, que sois mi mansión eterna. En Vos, Corazón amable, quiero vivir, amar y sufrir. Consumid en mi cuánto hay de mí misma, y poned en su lugar cuanto sea vuestro, para que me trasforme en Vos.
¡Oh Corazón buenísimo y sacratísimo, donde el eterno gozo será sin amargura y lleno de regocijo! ¡Oh Corazón, recompensa de los bienaventurados! ¡ah, cuán amable y deseable sois!
PARA FINALIZAR
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.