lunes, 9 de junio de 2025

10. EL CELO. MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

DÍA DÉCIMO

El celo por el Corazón de Jesús

 

MES DE JUNIO

EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

 

OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.

Oración de Santa Margarita María Alacoque

 

Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.

 

Se meditan los textos dispuestos para cada día.

 

DÍA DÉCIMO

El celo por el Corazón de Jesús

 

MEDITACIÓN

Punto Primero. Así como uno de los caracteres del amor del Corazón de Jesús, es ser liberal con aquellos, a quienes ama; así éstos en retorno, devuélvanle a su manera semejante liberalidad, que en la pobreza de la criatura se traduce por el celo. Celo ardiente y fervoroso en hacerle amar de todos, celo discreto y prudente en favorecer los intereses del Amado, celo infatigable e insaciable en atraer corazones en seguimiento del de Jesús, celo por último, consigo mismo, favoreciendo el obrar del Corazón deifico en el tiempo de su puro amor, por medio de la completa destrucción del amor propio en el corazón ¡Ay! Corazón amante, celoso sois Vos también en procurar vuestro reinado en las almas, celoso sois en proporcionarles medios que faculten vuestra victoria y como amor puro, quiere decir puro sufrimiento, sufrimiento puro y acrisolado de todo interés propio. Daréis a vuestros más fieles amantes, con sólo introducirlos en esa hoguera de caridad, donde os tiraniza el amor, que os abrasa, en cuyas llamas no podrán menos de quedar cautivos, cuantos a ellas se acerquen. ¡Oh y qué dulces son esas llamas y qué hermoso ese cautiverio! ¿Rehusarás dejarte por completo en poder de tan suavísimo amor?

Punto Segundo. Hemos visto cual debe ser nuestro celo, en propagar la gloria del divino Corazón de Jesús; la Beata Margarita María de Alacoque, va a decirnos cual sea la liberalidad, con que ese Señor pagará nuestros desvelos: «El Corazón Sagrado, de nuestro divino Maestro, dice, no dejará sin recompensa, vuestro celo, en hacerle amar y venerar; fuera de que me parece bastante recompensa la de hallarnos dignos de servirle en alguna cosa» ¡Oh! cuán cierto es esto, Corazón divino de Jesús ¿qué mayor premio que el de poderos servir? ¿y qué dulzura puede ser comparada con la de padecer con Vos? No me extraña Corazón amante, que vuestra fiel esposa Margarita María, conociendo ella también, lo que obran los corazones de puras criaturas en el Corazón de Dios, no me extraña, que dijera que aun cuando hubiéramos sufrido por tan hermosa causa todos los tormentos de los mártires, los reputaremos por grandísima dicha en el día sin noche de la eternidad, aunque no sea más que por el gran número de almas, que este divino Corazón quiere salvar por este medio. Qué nos resta pues, sino en medio de los dolores, de las luchas y de las penas, luchando, sufriendo y padeciendo tan sólo por amor de Él mismo, exclamar de nuevo con la Beata Margarita María: «Bastante recompensa es la de complacerle».

 

Jaculatoria. En este abismo de amor, se halla nuestra morada y descanso para siempre.

 

 

Aspiraciones al Sagrado Corazón de Jesús

¡Oh divino Corazón de Jesús viviendo en el Corazón de María, yo os suplico viváis y reinéis en todos los corazones y los consumáis en vuestro puro amor!

¡Oh Corazón liberalísimo, sed Vos solo el tesoro que nos baste!

¡Oh Corazón amante y deseable, enseñadnos a no amar ni desear sino a Vos!

Destruid en nosotros el reino del pecado, y estableced el de la virtud, a fin de que vuestra imagen quede perfectamente copiada en nuestras almas, y que sea un día digno ornato de vuestro palacio celestial. Así sea

 

PARA FINALIZAR

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.