DÍA NOVENO
La vida del Corazón de Jesús
MES DE JUNIO
EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.
Oración de Santa Margarita María Alacoque
Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.
Se meditan los textos dispuestos para cada día.
DÍA NOVENO
La vida del Corazón de Jesús
MEDITACIÓN
Punto Primero. La vida del Corazón de Jesús se resume en amor y dolor, o por mejor decir, en amor, porque sus dolores no son más que sus amores. Por eso, si quisiéramos meditar atentamente en Él, han de dirigirse siempre nuestras meditaciones, a esos amorosos dolores, y a esos amores dolorosos, por más que se nos presente siempre bajo nuevas y diferentes formas. Fíjese hoy nuestra atenta consideración en los deseos, que sin cesar le oprimen y le acongojan. ¡Oh Corazón amante! de cualquier modo que os miremos, os presentáis siempre incomprensible. ¿Deseáis algo, Jesús mío? Pues que ¿no tenéis en Vos mismo el manantial de toda felicidad, y la saciedad de cuanto podéis querer? Nuevo misterio de amor, porque en el Corazón deifico, su vida, es un prolongado enigma. Sí, deseos tiene este suave amante de las almas, deseos tiene, y son de que se salven todas ellas y porque quiere recibir ese consuelo de la nada de sus criaturas ¿Lo entiendes, alma cristiana? a ti te llama; por ti suspira, sólo tú cooperando a los deseos de su Corazón, puedes llenar los deseos de un Dios.
Punto Segundo. La Beata Margarita María Alacoque nos va a indicar ella misma el medio de saciar uno de esos deseos «Mi divino Salvador, dice, me mandó comulgase los primeros viernes de cada mes, a fin de reparar, en cuanto me sea posible, los ultrajes que durante el mes recibe en el Santísimo Sacramento, con la comunión reparadora. Mas esto no ha de bastar a un alma fiel y amante ¡Sufre tanto el Sagrado Corazón de Jesús en el Sacramento de su amor! ¡Está tan sólo aun cuando le visiten muchos, son tan escasos los que le dan entrada en sus corazones! ¡vive en tan grande soledad en algunos de sus Sagrarios, aun en los de aquellos que por tantos títulos debieran acompañarle! ¡vive tan desconocido aun en algunos corazones, donde habita por su gracia! ¡Ay, Corazón amante de Jesús! no quedarán vuestros deseos plenamente satisfechos, hasta tanto, que oyendo nosotros vuestras llamadas de amor, caigamos rendidos a vuestros pies, entregándoos sin reserva nuestras potencias, para que las manejéis a vuestro gusto. Entrad pues, en ellos, como conquistador amante, tomando, cortando, arrancando cuanto sea de vuestro desagrado y poniendo en su lugar vuestra voluntad vuestro poder y vuestro amor.
Jaculatoria. Recibid, Corazón divino, cuanto bueno se haga en el mundo, pues que queremos honraros y alabaros por todos.
Acto de amorosa contrición
¡Oh Sacratísimo Corazón de Jesús, vedme humildemente postrada ante Vos, con un corazón contrito y penetrado del más vivo dolor, porque os ha amado tan poco, y porque tanto os ha injuriado con sus desvíos, ingratitudes y otras infidelidades, con las cuales me he hecho indigna de vuestra misericordia y de todas las gracias y favores de vuestro puro amor! ¡Oh Corazón de Jesús, Salvador mío! ejerced conmigo este oficio, que os costó tan caro, y no se pierda el fruto de tantas penas y muerte tan dolorosa; honradla con mi salvación, para que mi corazón pueda amaros, honraros y glorificaros eternamente. Si vuestra justicia le condena, como indigno de perdón, apelará al tribunal de vuestro amor, estando pronto a sufrir todos los rigores, antes que ser privado un instante de amaros. Cortad, abrasad, romped, no perdonéis ni mi cuerpo, ni mi vida, tratándose de vuestra gloria. Soy toda vuestra ¡oh divino y adorable Corazón! Salvadme, yo os lo suplico y no me abandonéis a mí misma en castigo de mis pecados, permitiendo vuelva a recaer en ellos ¡Oh! mil veces morir antes que ofenderos, Vos a quien amo cien mil veces más que a mi propia vida.
PARA FINALIZAR
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.