DÍA VIGÉSIMO OCTAVO
DEBEMOS APARTARNOS DE LOS VICIOS (II)
MES
en honor de
N. S. DE LAS MERCEDES
Padre Antonio Pastor Codesal, OP
ORACIONES PARA INICIAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
Oración primera para todos los días
Por la señal…
ORACIÓN
Santísima Virgen María, el dulce y consolador título de Nuestra Señora de las Mercedes manifiestamente nos dice cómo es de compasivo vuestro Corazón y de poderoso vuestro auxilio. Pues echad sobre nosotros una mirada de compasión; ved nuestras almas con tantas cadenas de vicios y pecados; nuestra vida con tantas angustias y tribulaciones, sed Redentora de nuestras vidas y de nuestras almas, y; alcanzadnos la merced de vivir cristianamente, de morir santamente, de reinar gloriosamente en el cielo. Amén.
Se lee lo propio para cada día.
DÍA VIGÉSIMO OCTAVO
MEDITACIÓN
DEBEMOS APARTARNOS DE LOS VICIOS
La razón es la servidumbre en que viven los malos (V. P. Granada Id. I. 6 CXVIII XIX)
La más abominable cosa que hay en el tormento del infierno, y peor y más abominable es el pecado, que es causa de ese tormento. Y éste son siervos y esclavos los malos, pues quien comete pecado, esclavo es siervo del pecado. ¿Pues que servidumbre puede ser más abominable que ésta? Y no solo es siervo del pecado, más también de los principales atizadores y movedores del pecado que son el demonio, el mundo y nuestra propia carne. Y con ser esta una cosa, por una parte tan monstruosa y tan lastimera, y por otra tan usada, pasamos por ella ligeramente, sin que nadie se pasme de tan gran desorden por estar el mundo desordenado. Pues, como dice San Bernardo, no se siente el hedor abominable de los vicios por ser tantos los viciosos. Así como en la tierra donde todos nacen negros no se tiene por injuria serlo, y donde todos son generalmente beodos, no se tiene por deshonra la embriaguez, siendo cosa tan vil; así, como en todo el mundo haya tanta monstruosidad, apenas hay quien lo conozca por tal.
Si toda la dignidad del hombre consiste en dos cosas, que son; razón y libre albedrío, que cosa más contraria a lo uno y a lo otro que la pasión que ciega el juicio, y lleva detrás de sí el libre albedrío.
Esta es la miserable servidumbre en que viven; ¿con quién se consuelan en sus trabajos?, ¿a quién se acogen en los peligros?, ¿a quién dan parte en sus penas? y, finalmente, ¿cómo pasan los trances de esta vida los que no tienen el recurso de Dios?
Vuélvete ahora, alma mía, hacia el Consuelo de los tristes y Redentora de cautivos, la Virgen de las Mercedes, para que puedas vivir libre de los monstruos de los vicios, con la alegría y santa libertad de los hijos de Dios. Amén.
EJEMPLO
La divina Providencia ha querido que la devoción a la Santísima Virgen con la advocación de las Mercedes se expandiera y arraigara desde el principio por este nuevo mundo, descubierto y evangelizado por España, juntamente con otras advocaciones principales, como la de la Virgen de Guadalupe, de la Virgen del Rosario, del Carmen, etc.
Concentrándonos a Centroamérica hallamos que hay importantes iglesias dedicadas a la Virgen de las Mercedes; en Guatemala; San Salvador, León, Granada, Matagalpa en Nicaragua; San José CR, a parte de muchas devociones florecientes en otras iglesias que no la tienen por titular.
En San José de Costa Rica es digno de notar que las cuatro parroquias están dedicadas a títulos de la Santísima Virgen María: La Merced, El Carmen, La Soledad y La Dolorosa.
Todo esto nos dice que debemos poner nuestra confianza en la Santísima Virgen María, y rendirle culto a imitación de nuestros antepasados.
Oración final para todos los días
Santísima Virgen de las Mercedes, Madre queridísima y Reina soberana de mi corazón. Yo os consagro en este día todo mi ser y os pido mercedes para todas mis necesidades. Os consagro mi inteligencia para que Vos la iluminéis con la lumbre de fe viva; os consagro mi corazón para que Vos lo gobernéis con la dulce y segura fuerza de vuestro amor; mi cuerpo y mis sus sentidos para que para que Vos los guardéis de obras malas; os consagro mi vida, para Vos la conduzcáis por los caminos de Dios; que son los del cielo y la eterna dicha.
Y humildemente os pido mercedes para todas mis necesidades; la merced de vuestro poderoso auxilio contra los tres mortales enemigos del alma: mundo, demonio y carne; las pompas del mundo, las tentaciones del demonio, y las malas inclinaciones de la carne; y finalmente la perseverancia en la Divina Gracia para salvarme.
Quiero vivir y morir en la dulce y dichosa esclavitud de vuestro amor. No me abandonéis, oh mi amada Virgen de las Mercedes; guiadme en la vida, asistidme en la muerte y recibidme en la gloria. Amén.
Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos.
Avemaría... (x 3)