lunes, 16 de septiembre de 2024

LA CONFESIÓN DE SAN PEDRO. MARTES DE LA DECIMOSEPTIMA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


LA CONFESIÓN DE SAN PEDRO.

MARTES DE LA DECIMOSEPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MARTES DE LA DECIMOSEPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

LA CONFESIÓN DE SAN PEDRO.

 

1.- Preguntaba a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre (1)? San Cirilo Jerosolimitano (2) dice: Preguntó, no por deseo de gloria vana, sino por enseñarles la verdad. Para que Pedro manifestase lo que le había sido revelado. Así busca Cristo ser conocido, no por su bien, sino por el nuestro. ¡Oh Señor! conózcate a ti. Santo Tomás sobre esto dice: Instrúyenos, para que andemos solícitos de lo que de nosotros se dice. Si mal, para que lo enmendemos, Si bien, para que lo conservemos. Pero tú, no por otro fin, ten cuidado del buen nombre (3). Mas ellos dijeron: Unos, que Juan Bautista; otros, que Elías, etc. Buenas cosas aquí se profieren; pero no puedes tu evitar que se digan males de ti. A lo menos procura no dar ocasión de eso.

2.- Mas vosotros ¿quién decís que soy Yo (4)? Espera de ellos mayores cosas, que le conocían más íntimamente. Respondiendo Pedro, dijo: Tú eres Cristo Hijo de Dios vivo. Pero tú, ¿quién dices que es Cristo? Tú, religioso, * o sacerdote debes sentir de Él mayores cosas que un seglar, que un lego: cualquier cristiano católico, más que el que no lo es. Dices que es Dios. ¿Dónde está la honra que le debes dar? , ¿Cómo le sirves tan tibiamente? ¿Cómo amas a las criaturas más que a Él?

3.- Respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan; porque no te lo revelo la carne y la sangre, sino mi Padre (5). Ya adviertes que la carne y la sangre o la sabiduría del mundo, no revela las cosas que son de Dios; porque: El hombre animal no percibe las cosas del espíritu (6). Aparta, pues, tus oídos de la doctrina del mundo para oír a Dios, que te habla.

 

(1) Matth., 16. (2) Cant., 11. (3) Eccli., 41. (4) Matth., 16. (5) Ibid. (6) I Cor., 2.

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.