6 DE FEBRERO
BUSCAN LOS PADRES AL NIÑO PERDIDO
MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
6 DE FEBRERO
BUSCAN LOS PADRES AL NIÑO PERDIDO
1. Pensando cada uno que iba con el otro, anduvieron una jornada[1]. Podrá parecer cosa muy extraña que pudiese la Madre separarse del Hijo, que sumamente amaba. Pasó con todo por ello, por entender que otros gozaban de su divina presencia, y que Él los atraía a sí con la suavidad de sus costumbres. Así, por buscar el provecho de otros, se privó con gusto de aquel Señor en quien grandemente se recreaba. Reconoce y saca de aquí tu caridad. Qué pocas incomodidades padeces, y cuan contra tu gusto, por el bien de otros. Sabe que, para poder servir al prójimo, has de dejar a Dios algunas veces.
2. Buscábanle entre los parientes[2] ¿Con qué diligencia? ¿con qué tristeza? ¿con qué resignación al mismo tiempo, porque no ignoraban que Él era Dios, y nada podía hacer que no fuese bueno? ¿con qué suspiros a Dios? ¿con cuáles a JESÚS? Mas, con todo eso, no le hallaban entre los deudos. Sabe que no se halla Dios entre los parientes, entre los afectos de la sangre y de lo sensual, entre los consuelos de los amigos. Disipan estos, no recogen hacia Dios los afectos. Tanto le quitas a Éste, cuanto a aquellos das.
3. Y no hallándole, volvieron a Jerusalén[3]. Considera cuáles fueron los sentimientos de los que volvían. A la verdad de dolor; pero de unión también con la voluntad divina; porque no ignoraban que esto se ha a con altísimo consejo, para encender en ellos mayores deseos de sí y darles ocasión de merecer, y también esperanza de hallarle. Conoce y advierte que Dios aparta su rostro también de aquellos que muy especialmente ama. Si se apartó de ti, ve a Jerusalén, procura una interior paz, y búscale con los mismos afectos.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.