viernes, 9 de febrero de 2024

10 DE FEBRERO. DE LA PARTIDA DEL TEMPLO

10 DE FEBRERO

DE LA PARTIDA DEL TEMPLO

 

MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

10 DE FEBRERO

DE LA PARTIDA DEL TEMPLO

 

1. Y bajó con ellos[1]. Haz cuenta que oyes contar a JESÚS las cosas que le habían pasado en aquellos tres días. Atiende a la Virgen con qué ansia oye y observa con el corazón todas sus palabras. Aprende a bajar a tu propio conocimiento. ¡Oh rígida soberbia! dice san Antonio[2], que presumes volar sobre la altura de las nubes. Baja, te ruego, porque JESÚS baja, no tanto con el cuerpo del alto lugar del templo, cuanto con el alma por la humildad.

 

2. Y estaba sujeto a ellos[3]. ¿Quién? ¿A quién? El Criador a la criatura: el Señor al siervo: Dios al hombre. ¡Oh admirable obediencia! «Córrete, ceniza soberbia», dice san Bernardo[4]. Dios se humilla, tú te ensalzas. «Si te desdeñas, oh hombre, de imitar el ejemplo de otro hombre, no será, cierto, indigno de ti seguir a tu Hacedor» ¿Es más vil en tu aprecio el superior, no es tan noble, no tan docto como tú? ¿Por ventura le excedes tanto en nobleza y sabiduría, cuanto Dios al hombre? Ejemplo te dio de esto: síguele.

 

3. Y estaba sujeto a ellos. ¿En qué cosas? ¿De qué manera? En cualesquiera cosas, las más viles. La oficina de un oficial de carpintería, nada contenía de lustre. Tú fácilmente concebirás qué cosas eran las que hacía. Pero las hacía con prontitud, humildad y exactamente; ni sólo por un día, más hasta los treinta años de su edad. ¿Se te ordenan a ti viles y abyectos oficios? Nada es vil lo que se hace a imitación de Dios, que nada hace vil y, haciéndolo, le quita la vileza. Sea tu lustre hacer cosas bajas y humildes, si tienes por mayor honra asemejarte a Cristo muy de cerca. No te desanime el tiempo. Resuélvete generosamente a ser abyecto en la casa de Dios toda la vida. Si vives en el mundo, mira que Cristo a los ojos de él se hizo despreciable por ti. ¿No te emplearás siquiera en obras de caridad humilde, que ilustran al más noble cristiano? ¿No serás en algo discípulo de tal Maestro?

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Luc., 2.

[2] Serm. Infraoct. Epiphan.

[3] Luc., 2.

[4] Hom, 1 sup. Missus est.