DE LOS QUE PRONUNCIA CRISTO QUE NO SON DIGNOS DE ÉL
MIÉRCOLES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
MIÉRCOLES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LOS QUE PRONUNCIA CRISTO QUE NO SON DIGNOS DE ÉL
1.- El que ama al padre o a la madre más que a Mí no es digno de Mí (1). Tú no confesarás que eres tal; mas yo haré que lo conozcas. Dime: ¿amas a Dios? Dirás que sí. ¿Sobre todas las cosas? Lo afirmas. Debes, pues, si quieres servir a Dios, dejar el padre o el amigo. Debes abstenerte de la frecuencia de sus visitas, que disipan el espíritu. * Debes renunciar su trato y compañía, si te sirven de escándalo, y son impedimento para servir a Dios. Pero dices, que no puedes ser tan desatento. Ahora pues, ¿no ves aquí lo que amas? ¿Y no temes aquel tremendo rayo: No es digno de Mí?
2.-El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de Mí (2). El ser semejante en las costumbres concilia afecto y amor. Siga, pues, las costumbres de Cristo eI que quiere hacerse digno de que le ame. Toda la vida de Cristo es una continua cruz. Si no tomas ésta, no le sigues, no te asemejas a Él, no eres de Él amado. ¿No ves, pues, no solo la utilidad, mas aún la ne- cesidad absoluta de la cruz y de la mortificación? ¡0h delicado! ¡cuánto te espantas aun sólo del pensamiento de la cruz! Ea, pues: si quieres ser de Cristo, crucifica tu carne con los vicios y concupiscencias (3).
3.- El que procura conservar su vida, la perderá. Y el que la perdiere por Mí, la encontrará (4). El único modo, pues, de salvar el alma y alcanzar la vida, es abandonarla por Dios. Abandónala: 1. Si de tal suerte llevas en tu carne la mortificación de Jesús, que se vea en ti su vida manifiesta. Duro te será esto; mas ello es necesario. 2. La abandonas si te conformas con Jesús por amor, de tal suerte, que puedas con verdad decir: Vivo yo, ya no yo, sino Cristo vive en mí. Pero ¡que fácilmente le hallarás, pues te hallarás a ti mismo en Cristo!
(1) Matth., 10. (2) Ibid. (3) Galat., 5. (4) Matth., 10.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.