6 de marzo
SANTA COLETA, Virgen
Hasta ahora nada habéis pedido (a mi Padre)
en mi nombre: Pedidle y recibiréis,
para que vuestro gozo sea completo
(Juan, 16,
24)
Movida Santa Coleta por la aflicción que su pequeña estatura causaba a su
padre, le pidió a la Santísima Virgen que la hiciera crecer. La Madre de Dios
escuchó su inocente oración. Muy pronto excedió la estatura media de las
personas de su sexo. Después de la muerte de sus padres, entró en la orden de
Santa Clara, a la que reformó. Sus austeridades eran extraordinarias, su
devoción al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, admirable. Tuvo la dicha de
recibir la comunión de manos de Jesucristo mismo. Particularmente era devota de
su Pasión; sufría crudelísimos dolores cuando pensaba en los tormentos que
padeció Jesús. Murió en Gante, en 1447.
MEDITACIÓN SOBRE LA DEVOCIÓN A JESÚS SACRAMENTADO
I. Santa Coleta deshacíase en lágrimas en el momento de la elevación de la Santa Hostia, porque estaba animada de fe viva. Si tuvieses un poco de fe, tendrías las mismas ternuras para Jesucristo; llorarías al ver los ultrajes con que tantos malos cristianos agobian a un Dios digno de amor y respeto infinitos; llorarías al pensar que tus pecados fueron la causa de su dolorosa Pasión cuya memoria renueva todos los días el sacrificio de la Misa.
II. Debes
esperar del Padre eterno todo lo que pidas por los méritos de Jesús, oculto en
este Sacramento. Si tuvieras la confianza de Santa Coleta, verías, como ella,
que son escuchados tus deseos: no se quedó Jesús en la tierra sino para proveer
a tus necesidades. Mas, para que obtengas todo de Jesucristo, dale lo que te
pide desde hace tanto tiempo; ¿es como para asombrarse, acaso, que rechace tus
ruegos cuando tú mismo desprecias sus inspiraciones? No lo hemos escuchado,
Él no nos escucha; no lo hemos mirado, Él no nos mira. (Salviano).
III. Si tuvieras un poco de amor por Jesucristo, tendrías, como Santa Coleta, una grandísima devoción al Santísimo Sacramento del altar. Si quieres que Jesús sea tu amigo, visítalo con frecuencia en su casa, acompáñalo, ya en las procesiones solemnes, ya cuando se lo lleva a los enfermos. En una palabra, trata a Jesús como a tu amigo. Señor, en adelante quiero amare con todo mi corazón, porque tú me amaste primero. (San Agustín).
La devoción a la Eucaristía
por la conversión de los herejes.
ORACIÓN
Dios, Salvador nuestro, escuchadnos, a fin de que la fiesta de Santa Coleta, al tiempo que regocija nuestra alma, desarrolle en ella los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.