Lunes de la III semana de Cuaresma
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
Lucas
4, 22-27 Y todos le daban testimonio, y se admiraban de las palabras
de gracia que salían de su boca, y decían: "¿Por ventura no es éste el
hijo de José?" Y les dice: "Sin duda me aplicaréis esta semejanza.
Médico, cúrate a ti mismo. Cuanto oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo aquí en
tu patria". Dice, pues: "En verdad os digo, que ningún Profeta es
bien recibido en su patria. Dígoos en verdad, muchas viudas había en Israel en
tiempo de Elías, cuando se cerró el cielo durante tres años y seis meses,
resultando grande hambre en toda la tierra, y a ninguna de aquéllas fue enviado
Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidonia. Y había muchos leprosos en
Israel, en tiempo de Eliseo Profeta, y ninguno de ellos fue curado, sino Naamán
Siro". (vv. 22-27)
Crisóstomo, hom. 49, in Matth
Habiendo
venido el Señor a Nazaret, se abstuvo de hacer milagros, para no excitar mayor
envidia. Les expone una doctrina no menos admirable que los milagros. Había
cierta divina gracia inefable en las palabras del Salvador, que enternecía las
almas de los que le escuchaban, de donde se dice: "Y todos le daban
testimonio".
Beda
Le daban
testimonio, testificando que El era verdaderamente -como había dicho- Aquel de
quien cantara el Profeta.
Crisóstomo, hom. 49, in Matth
Pero necios
admiradores de la virtud de la palabra, le desprecian a El, por aquel a quien
creían su padre, de donde sigue: "Y decían: ¿Acaso éste no es el hijo de
José?"
San Cirilo, in Cat. graec. Patrum
Pero ¿qué
impide, para ser venerable y admirable, que fuese hijo -como creían- de José?
Por ventura no ves los divinos milagros, a Satanás vencido y a muchos curados
de sus enfermedades.
Crisóstomo, hom. 49, in Matth
Después de
mucho tiempo y de la publicidad de sus milagros, volvió a ellos y no le
soportaron, sino que nuevamente se encendían de envidia, por lo que sigue:
"Y les dijo: Ciertamente que me diréis este símil: Médico, cúrate a ti
mismo".
San Cirilo
Era éste un
proverbio comúnmente admitido entre los judíos, inventado para ofender a otro;
así decían algunos a los médicos que estaban enfermos: "Médico, cúrate a
ti mismo".
Glosa ordin
Como
diciendo: Hemos sabido que curaste a muchos en Cafarnaúm, cúrate también a ti
mismo, esto es, haz igualmente en tu ciudad, donde fuiste concebido y criado.
San Agustín, De cons. Evang., lib. 2, cap. 42
Puesto que
San Lucas recuerda las grandes cosas que hizo, y sabe que no las ha contado
todavía, ¿qué cosa más evidente que él ha contado esto antes de tiempo? Pues no
ha pasado tan allá del bautismo, que se crea haber olvidado que aún nada ha
dicho de lo que pasó en Cafarnaúm.
San Ambrosio
No en vano
se excusa el Salvador de no haber obrado milagro alguno en su patria; para que
no creyese alguien que el amor a la patria debe ser para nosotros el inferior,
pues sigue: "Dice, pues: En verdad os digo, que ningún profeta es bien
recibido en su patria".
San Cirilo
Como
diciendo: Queréis que haga muchos prodigios entre vosotros, cerca de quienes he
sido criado; mas no se me oculta cierta pasión común a muchos. Se desprecian de
alguna manera siempre, aun las cosas mejores, cuando no suceden rara vez a
alguno, sino cuando él quiere; y así pasa con los hombres, al que es familiar,
como siempre está dispuesto, se le niega la reverencia debida por sus
conocidos.
Beda
Que Cristo
es llamado profeta en las Escrituras, lo atestigua Moisés, cuando dice:
"Dios os suscitará un profeta de entre vuestros hermanos" ( Dt
18,15).
San Ambrosio
Con este
ejemplo se da a entender que en vano se debe esperar la ayuda de la
Misericordia divina, cuando se tiene envidia al mérito de la virtud de otro. El
Señor desprecia a los envidiosos, y aleja los milagros de su poder, de aquellos
que persiguen en otros los divinos beneficios; pues las operaciones de la carne
del Señor son una prueba de su divinidad, y lo que es invisible en El se nos
demuestra por lo que es visible. Observad, pues, los males que produce la
envidia. La patria de Jesús, la cual fue digna de que el Hijo de Dios fuese en
ella concebido, es juzgada indigna de sus obras por la envidia.
Orígenes, in Lucam hom. 33
En la
narración de San Lucas, no se dice que Jesús hubiese hecho prodigio alguno en
Cafarnaúm; pues antes que viniese a Cafarnaúm, léese que vino a Nazaret, por lo
que presumo que estas palabras: "Todas aquellas cosas que hemos oído que
has hecho en Cafarnaúm", ocultan cierto misterio, y que Nazaret representa
a los judíos, como Cafarnaúm a los gentiles. Tiempo vendrá en que dirá el
pueblo de Israel: Danos a conocer lo que has manifestado a todo el mundo;
predica tu palabra al pueblo de Israel, para que, al menos cuando entren todas
las gentes se salve todo Israel. Por lo tanto, creo que el Salvador contestó
muy oportunamente: "Ningún profeta es acepto en su patria", más bien
según el espíritu que según la letra. Aunque Jeremías no fue bien recibido en
Anathoth -su patria- así como los demás profetas, paréceme, no obstante, que se
entiende mejor diciendo que, aunque el pueblo de la circuncisión fue la patria
de todos los profetas, las naciones recibieron el anuncio de Jesucristo, y
creyeron a Moisés y a los profetas, que anunciaban al Cristo, más dócilmente
que los de su patria, que no recibieron a Jesús.
San Ambrosio
Cita un
ejemplo muy a propósito para reprimir la arrogancia de sus conciudadanos
celosos, y muestra que su conducta está conforme con las antiguas Escrituras;
pues sigue: "En verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los
días de Elías", no porque los días fueran de Elías, sino porque durante
ellos operó Elías.
Crisóstomo
Este ángel
de la tierra; este hombre celestial, que no tenía habitación, ni mesa, ni
vestido como muchos, llevaba en su boca la llave de los cielos; y esto es lo
que sigue: "Cuando se cerró el cielo". Después que cerró el cielo, e
hizo la tierra estéril, reinaba el hambre y se consumieron los cuerpos. Y por
ello sigue: "Cuando hubo una grande hambre por toda la tierra".
San Basilio
Como vio que
la saciedad engendraba grandes escándalos, les impuso el ayuno por medio del
hambre, y reprimió así la culpa de aquéllos, que iban creciendo demasiado. Los
cuervos, que de ordinario roban a los otros su alimento, lo suministraron al
justo.
Crisóstomo
Y como se
secó el río de donde bebía el justo, el Señor le dijo: "Ve a Sarepta de
Sidonia: allí mandaré a una mujer viuda que te alimente" ( 1Re 17,9). Por
lo cual prosigue: "Mas a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una
mujer viuda, en Sarepta de Sidonia". Lo cual se verificó por una gracia
especial del Señor. Dios hizo que marchase por un camino muy largo hasta
Sidonia, para que, viendo el hambre que se padecía, pidiese al Señor las
lluvias. Entonces había muchos que eran ricos, pero ninguno hizo lo que la
viuda. La veneración de esta mujer hacia el Profeta la hizo hallar riquezas, no
en sus dominios, sino en su voluntad.
San Ambrosio
Según el
sentido místico, dice: "En los días de Elías", porque días hacía para
aquéllos, que veían en sus obras la luz espiritual, y por lo tanto se abría el
cielo para los que veían los misterios divinos; y se cerraba durante el hambre,
porque no había deseo de conocer al Señor. Aquella viuda, a quien fue enviado
Elías, es una figura de la Iglesia.
Orígenes, in Lucam hom 32
Como había
hambre en todo Israel, esto es, de oír la palabra de Dios, vino el profeta a la
viuda, de la que se dice: "La que está abandonada tiene más hijos que
aquélla que tiene esposo" ( Is 54,1); y habiendo venido, multiplica su pan
y sus alimentos.
Beda
Sidonia
quiere decir caza inútil; Sarepta, incendio o escasez de pan; con lo cual se
representa a la gentilidad, que, dedicada a la caza inútil -esto es, a las
ganancias y a los negocios de la vida-, sufría el incendio de las pasiones
carnales, y la escasez del pan espiritual; hasta que Elías -esto es, la palabra
profética-, después de haber cesado la inteligencia de las Sagradas Escrituras,
por la perfidia de los judíos, vino a la Iglesia, para que, recibido en ella,
alimentase y fortificase los corazones de los creyentes.
San Basilio
Así toda
alma, viuda y privada de la virtud y del conocimiento de Dios, cuando recibe la
divina palabra, y conoce sus propios defectos, aprende a alimentar la palabra
con el pan de las virtudes, y a regar la ciencia de la virtud con la fuente de
la vida.
Orígenes, in Lucam hom. 33
Mas dice
otra cosa todavía en el mismo sentido, cuando añade: "Y muchos leprosos
había en Israel en tiempo del Profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fue limpiado
sino Naaman de Siria, el cual no era, en verdad, de Israel".
San Ambrosio
En un
sentido místico el pueblo, formado de extranjeros, se une a la Iglesia para
seguirla. Era leproso antes de ser bautizado en el río misterioso, mas después
que fue purificado, por medio del Sacramento del Bautismo de todas las manchas
que tenía en su cuerpo y en su alma, empezó a ser una virgen inmaculada sin
arrugas.
Beda
Naaman -que quiere decir hermoso-, significa pueblo de las naciones, a quien se manda purificar siete veces, porque el bautismo salva lo que regenera por medio de los siete dones del Espíritu Santo. Su carne aparece después de la purificación como la de un niño, porque la madre gracia pone a todos en una misma infancia, o porque se hace semejante a Cristo, de quien se dice: "Un niño nos ha nacido" ( Is 9,6).
28-30 Y se
llenaron todos de ira en la sinagoga, oyendo estas cosas, y se levantaron, y le
echaron fuera de la ciudad: Y lo llevaron hasta la cumbre del monte, sobre el
cual estaba edificada la ciudad, para precipitarlo: mas El, pasando por medio
de ellos, se fue. (vv. 28-30)
Griego, in Cat. graec. Patr
Se indignan porque les echa en cara su mala intención; de donde sigue: "Y se llenaron todos de ira en la sinagoga, oyendo estas cosas". Como había dicho: "Hoy se cumple esta profecía", creyeron que se comparaba a sí mismo a los profetas, y por eso se indignaron y lo echaron fuera de la ciudad; de donde se sigue: "Y se levantaron, y le echaron fuera de la ciudad".
San Ambrosio
No debe
causar extrañeza que perdiesen su salvación, aquellos que arrojaron al Salvador
de sus confines. El Señor, pues (que había enseñado a los apóstoles con su
ejemplo cómo debe tratarse a los demás), ni rechaza a los que quieren estar con
El, ni obliga a los que no quieren; ni hace oposición a los que le arrojan, ni
desoye a los que le piden. Y no es pequeña la envidia que se levanta, cuando
olvidándose todos de la caridad del Salvador, convierten los motivos de
gratitud en odios acerbos. De aquí sigue: "Y lo llevaron hasta la cumbre
del monte, sobre el cual estaba edificada la ciudad, para despeñarlo".
Beda
Los judíos
son peores, siendo discípulos, que siendo el diablo maestro. Porque aquél dice:
"Arrójate al abismo" ( Mt 4,6); pero estos intentan arrojarle de
hecho. Mas el Salvador, mudando la intención de ellos, o aturdiéndolos, bajó,
porque aún les reservaba ocasión de arrepentirse. De aquí prosigue: "Mas
El, pasando por medio de ellos, se fue".
San Crisóstomo
En lo cual
da a conocer lo que es propio de la humanidad y lo que es propio de la
divinidad: encontrarse en medio de los que le acechan y no ser aprehendido, da
a entender la excelencia de la divinidad. Pero marcharse es tanto como dar a
conocer el misterio de una gracia especial, esto es, de la encarnación.
San Ambrosio
Entiéndase
también que no sufrió la pasión de su cuerpo por necesidad, sino
voluntariamente. Porque cuando quiere, es prendido; y cuando quiere, se escapa.
Y si no ¿cómo podía ser prendido por unos pocos, el que no puede ser detenido
por un pueblo entero? Mas quiso ser perseguido por una muchedumbre sacrílega, a
fin de morir por todos, siendo inmolado por unos pocos. Sin embargo, quería más
bien salvar a los judíos que perderlos para siempre, y por eso cuidaba de que
ellos no pudiesen cumplir lo que querían, dejando frustrado su furor.
Beda
No había venido aún la hora de su pasión, que debía tener lugar durante la preparación de la Pascua; tampoco se encontraba en el lugar en donde debía suceder la pasión, el cual no se figuraba en Nazaret, sino en Jerusalén, con la sangre de las víctimas; ni tampoco había elegido esta clase de muerte, puesto que todos los siglos anunciaban que sería crucificado.