martes, 7 de abril de 2020

Sobre la sepultura del Señor. San Jerónimo



San JErónimo
Sobre la Sepultura del Señor

El Sepulcro del Salvador se hallaba excavado en la roca viva, en una roca durísima y consistente. Y en él se encontrava inscrito que nadie había sido allí sepultado antes, pues se trataba de un sepulcro nuevo. Siguiendolo al pie de la letra, el hecho es claro: había sido excavado en la roca, en una roca durísima, se le sepultó en un sepulcro nuevo, que fue sellado con una gran losa, y a cuyo alredeor se colocó un dispositivo de viligancia, de tal modo que, cuantos mayores en las seguridades que se llevaban a cabo para evitar que robaran el cadaver tanto más se pondría en evidencia el poder de DIos al resucitar. (...) Estas medidas tomas por los fariseos y los enemigos de Cristo son de gran provecho para nuestra fe.  ¡Vigilad, fariseos, vigilidad! No puede mantenerse encerardo a Dios, Dios no puede ser retenido en un sepulcro,. A quién creo el cielo y la tierra, y en cuyas manos están ambos, Aque sostiene el mundo, a Aquiel de quien pende el universo entero, dijo, no se lo puede mantener recluido en el sepulcro. Aquellas dos mujeres (...) andaban  buscando con piadosa voluntad, pero equivocadamente a Dios en el sepulcro.(...)
El está en cualquier parte que quiera, y allí donde esté, esta todo Él. Donde quiera El esté y te hallares tú, que andas buscándolo, allí mismo encontrarás a Aquel a quien estás buscando. (...)
Creed que Él ha resucitado y entonces pensaréis que Aquel que andáis buscando está entre vosotros.