29 de diciembre
De la venida de los pastores a reconocer a Cristo
MEDITACIONES DIARIAS
DE LOS MISTERIOS
DE NUESTRA SANTA FE,
por el P. Alonso de Andrade,
DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
ORACIÓN PARA COMENZAR
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.
29 de diciembre
MEDITACIÓN
De la venida de los pastores a reconocer a Cristo.
PUNTO PRIMERO. Considera cómo apareció el ángel del Señor a los pastores que velaban sobre sus ganados, y les dijo cómo había nacido el Redentor en Belén, para que le fuesen a adorar; y pondera que no dio esta nueva a los sabios y nobles, ni a los ricos y poderosos, porque aquellos no le creería, y estos no dejarían sus comodidades y regalos por venirle a adorar, sino a los sencillos pastores, porque Dios se manifiesta a los que le sirven con sencilla y santa voluntad, dejando secos y en tinieblas a los muy resabidos del siglo: saca de aquí afectos de servirle con sencilla y humilde voluntad, y de estimar a las personas humildes que le sirven como estos pastores. Pondera otrosí que, como dice San Gregorio, apareció el ángel a los pastores que velaban sobre su grey, porque visita Dios con sus ilustraciones a los pastores y superiores que velan sobre sus ovejas, cuidando de aquellos que les ha encomendado: levanta el corazón a Dios, y pídele con afecto de tu alma que te despierte con su luz, para que no te duermas, ni descuides en tu ministerio y oficio, porque no desmerezcas su santa visitación.
PUNTO II. Considera las señas que les da el ángel para hallar al Salvador: conviene a saber, que le hallarán infante envuelto en pañales y reclinado en un pesebre, todas señas misteriosas y llenas de mucha enseñanza. ¡Infante pequeño al que no cabe en los cielos! ¡Sin habla al que es la voz del Padre! Porque Adán, dice San Bernardo, temió la voz de Dios en el paraíso y se escondió de él, vino Cristo callado y sin voz, porque el hombre no le temiese y se llegase a él; ¡oh Señor, ya no estáis de temer, sino de amar! dadme gracia para que os ame y me llegue cerca de vos: fajado, porque tiene en la segunda venida atadas las manos para castigar al pecador y libres para hacerle bien: envuelto en pañales, disimulada y escondida su majestad con el velo de la humanidad, para que los hombres no se recatasen de conversar con él, como Moisés cubrió su rostro cuando resplandecía, porque los de Israel pudiesen negociar con él: reclinado en un pesebre el que está sentado en el trono sublime de la gloria, en su grandeza y majestad, leyendo a, todos cátedra de humildad, mansedumbre, de amor y caridad, teniéndola igual para con todos: aprende pues lo que te enseña este Divino Maestro, y saca afectos de mansedumbre, paciencia, benignidad, misericordia, humildad y caridad para con todos tus hermanos.
PUNTO III. Considera cómo en oyendo los pastores la nueva de alegría que les dio el ángel, se convidaron unos a otros a venir a ver al Salvador, y vinieron con diligencia, y le hallaron como el ángel se lo dijo, y le reverenciaron y adoraron con igual fe y devoción: a donde tienes mucho que meditar y aprender. Lo primero a dar fe a los oráculos divinos, como la dieron estos pastores al ángel; lo segundo a poner en ejecución las inspiraciones de Dios, y corresponder a su santa vocación cuando te llamare a su servicio, con el fervor y diligencia que lo ejecutaron los pastores; lo tercero a convidar a tus prójimos y animarlos para el servicio de Dios, como estos buenos pastores se animaron unos a otros a venir a Belén a reconocer y servir a Dios; lo cuarto confiar en él, que le hallarás si le buscares, como le hallaron ellos: levanta el corazón a Dios, y pide al Señor que te llame y alumbre como a estos pastores, y que te fortifique con su gracia, para que le obedezcas, busques y sirvas como ellos.
PUNTO IV. Camina con los pastores al portal de Belén: entra con ellos adonde está el Redentor, y adórale y reverénciale en su compañía: mira los dones que le ofrecen, y ofrécele tu corazón; atiende al retorno de gozo y devoción que recibieron de la mano del Señor, y espérale tú también, porque nunca deja vacios a los que le sirven de corazón. Contempla la alegría y consuelo de sus almas; y el alborozo con que volvieron a su ganado, habiendo adorado al Redentor, y cómo le hallaron entero y mejorado, porque nunca pierde, mas antes se mejora el que se emplea en el servicio de Dios, no solamente en lo espiritual sino en lo temporal también.
ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS
Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.
Ofrecimiento diario de obras
Ven Espíritu Santo
inflama nuestros corazones
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras
en unión con Él
por la redención del mundo
Señor mío y Dios mío Jesucristo
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón
y me ofrezco contigo al Padre
en tu Santo Sacrificio del altar
con mi oración y mi trabajo
sufrimientos y alegrías de hoy
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial
Por el Papa y sus intenciones,
Por nuestro Obispo y sus intenciones,
Por nuestro Párroco y sus intenciones.