martes, 9 de enero de 2024

10 DE ENERO. INQUIERE HERODES A DÓNDE DEBE NACER CRISTO

10 DE ENERO

INQUIERE HERODES A DÓNDE DEBE NACER CRISTO

 

MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

10 DE ENERO

INQUIERE HERODES A DÓNDE DEBE NACER CRISTO

 

1. Y juntando los príncipes de los sacerdotes y los escribas del pueblo[1]. ¡Qué admirable es la providencia de Dios! Herodes malévolo, los sacerdotes perversos sirven para dirigir a los Magos. Alaba y glorifica tal providencia. Pero si quieres conocer la voluntad de Dios consulta a tus superiores, sus ministros; y dado caso que sean malos, nunca Dios permite que yerren en lo que quiere que ejecutes.

 

2. Preguntábales en dónde nacería Cristo[2]. ¡Qué piadosa pregunta en la apariencia! ¡Qué depravado afecto en el corazón! ¡Qué santos quieren parecer los afectos, aun entre todos los más malos! No permitas que te domine pasión alguna, pues llegaría pervertirte el juicio, y hacer que excuses con título de virtud lo que sólo haces por pasión; y cubras con capa de celo lo que sólo es ira verdadera, etc.

 

3. Ellos, pues, le dijeron: en Belén de Judá[3]. Supieron esto de la Escritura que alegan. Enseñan esto a los Magos; y con todo eso, ellos necios no buscan a Jesús, que tenían tan cercano. ¡Oh, ingratos! ¡Cuántas cosas oyes tú! ¡Cuántas sabes, por las cuales puedes ir a Jesús! Y ¿por qué no las ejecutas? dañárate el saberlas, si no te resuelves a practicarlas.

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Ibid.

[2] Matth., 2.

[3] Ibid.