AFECTOS DE AMOR
Para serviros, Dios mío, no me mueve el terror de
vuestra mano arrojando rayos, ni el horror del fuego del infierno
ardiendo eternamente: Tú me mueves, Dios mío, por ti mismo: Tú,
Jesucristo, atravesado, me atraes, la Cruz me obliga, y me enciende, oh
Jesús; la sangre que brota de tus llagas. Si no existiese el fuego del
infierno y se quitase la esperanza de la gloria, yo, sin embargo, oh
Criador mío, prendado de vuestras bondades, admirando vuestra sublime
divinidad, santa y próbida, proseguiré en el amor ya comenzado. A ti,
Jesús, Hijo de Dios, a ti, Hijo de la Virgen, manso, fuerte, inocente,
que te dignaste morir por nosotros, que todo lo mereces, te amaré sin
recompensa.
ACTO DE AMOR
¡Oh Dios mío! Yo os amo; y no os amo
porque me salvéis, o porque castiguéis con fuego eterno a los que no os
aman. Vos, vos, Jesús mío, habéis abrasado todo mi ser en la Cruz;
sufristeis los clavos, la lanza, las ignominias, innumerables dolores,
sudores, angustias, y la muerte: y esto, por mí y por mí pecador. ¿Por
qué, pues, no te he de amar, oh Jesús amantísimo? No porque me lleves al
cielo, o porque me condenes al infierno, ni por esperanza de algún
premio; sino así como vos me amasteis, así os amo y os amaré: sólo
porque sois mi Rey y sólo porque sois mi Dios. Amén.