Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: El 14 de diciembre de 1591 con 49 años volaba al cielo san
Juan de la Cruz, presbítero de la Orden de los Carmelitas y doctor de la
Iglesia, el cual, por consejo de santa Teresa, fue el primero de los hermanos
que emprendió la reforma de la Orden, empeño que sostuvo con muchos trabajos,
obras y ásperas tribulaciones, y, como demuestran sus escritos, buscando una
vida escondida en Cristo y quemado por la llama de su amor, subió al monte de
Dios por la noche oscura. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario
de hoy.
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Éste
es el índice para que el alma pueda conocer con claridad si ama a Dios o no,
con amor puro. Si le ama, su corazón no se centrará en sí misma, ni estará
atenta a conseguir sus gustos y conveniencias. Se dedicará por completo a
buscar la honra y gloria de Dios y a darle gusto a El. Cuanto más tiene corazón
para sí misma menos lo tiene para Dios.”
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“El
que discretamente ama no cura de pedir lo que le falta y desea sino a
representar su necesidad para que el Amado haga lo que fuere servido, como
cuando la bendita Virgen dijo al amado Hijo en las bodas de Caná de Galilea, no
pidiéndole derechamente el vino, sino diciéndole: "No tienen vino (Jn
2,3).”
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Quien sepa morir para todo, tendrá vida
en todo.”
Que,
por cuanto aquí purga Dios al alma..., conviene que sea puesta en vacío y
pobreza y desamparo de todas estas partes (potencias interiores y exteriores),
dejándola seca, vacía y en tinieblas.”
4.-La Transfiguración del Señor
“Más
estima Dios en ti el inclinarte a la sequedad y al padecer por su amor, que
todas las consolaciones, visiones y meditaciones que puedas tener.”
5.- La institución de la Eucaristía
“Cuando
me pienso aliviar
de
verte en el Sacramento,
háceme
más sentimiento
el
no te poder gozar;
todo
es para más penar
por
no verte como quiero,
y
muero porque no muero.
Y si
me gozo, Señor,
con
esperanza de verte,
en
ver que puedo perderte
se
me dobla mi dolor;
viviendo
en tanto pavor
y
esperando como espero,
muérome
porque no muero..”