DOMINGO DENTRO DE LA OCTAVA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria
del Rito Romano
En aquel tiempo,
su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los
bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en
Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción y a ti misma
una espada te traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los
pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de
Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido
siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del
templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en
aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que
aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que
prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El
niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la
gracia de Dios estaba con él.
Lc 2,33-40COMENTARIO AL EVANGELIO
Homilía de maitines FUE DIGNA DE ANUNCIAR AL REDENTOR