II DOMINGO DE ADVIENTO
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En aquel tiempo: Al oír Juan desde la cárcel las obras de Cristo, envió
dos de sus discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que ha de venir, o
debemos esperar a otro? Y, respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a
Juan lo que habéis oído y visto. Los ciegos ven, los cojos andan, los
leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se
anuncia el Evangelio a los pobres y bienaventurado el que no se
escandalice en mí. Luego que se fueron éstos, comenzó Jesús a hablar de
Juan al pueblo: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña movida del
viento? O ¿qué salisteis a ver, a un hombre vestido con ropas
delicadas? Los que visten finos vestidos están en casas de reyes. ¿Qué
salisteis a ver? ¿Un profeta? Ciertamente, y a uno más que profeta. El
es de quien está escrito: He aquí que envío mi ángel ante tu faz, para
que prepare tu camino ante ti.
Mt 11, 2-10
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