domingo, 5 de noviembre de 2017

NADA MÁS JUSTO NI MÁS RAZONABLE. San Juan María Vianney



Comentario al Evangelio

XXII DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Nada más justo ni más razonable que dar a Dios lo que es de Dios, y al prójimo lo que le es debido. Si todos los cristianos siguiesen este camino, ninguno de ellos se contaría entre los moradores del infierno; todos poblarían el cielo. Quisiera Dios, nos dice el gran San Hilario, que nunca los hombres perdiesen de vista este precepto. Mas ¡cuántos lo tienen por no escrito! Pasan su vida engañando a uno y robando a otro. Nada más común que las injusticias, nada más raro que las restituciones. Mucha razón tenía el profeta Oseas al afirmar que la injusticia y el latrocinio cubrían la faz de la tierra, cual el diluvio que asoló el universo (Os., IV, 2.). Desgraciadamente, los culpables abundan tanto como las personas que no quieren reconocerse tales. ¡Dios mío! ¡Cuántos ladrones nos revelará la muerte! (…) Terminemos, pues, diciendo que somos unos insensatos al no preocuparnos de otra cosa que de atesorar bienes, los cuales nos hacen desgraciados al adquirirlos, mientras los poseemos, cuando los abandonamos y hasta en la eternidad. Seamos más juiciosos, aficionémonos a esos bienes que nos seguirán en la otra vida y constituirán nuestra felicidad durante días sin fin.
San Juan María Vianney